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En China vs. Estados Unidos, México es "el hijo ganón"

Las esferas empresariales del dragón asiático buscan tierra fértil para invertir y en México han encontrado buen terreno.
mar 07 noviembre 2023 05:00 AM
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La inversión de China en México a lo largo de 2022 aumentó 48.2% frente al año anterior.

China tiene la mirada fija en México como destino de inversión. Su ubicación geográfica y el T-MEC, acuerdo comercial que mantiene con Estados Unidos y Canadá, representan la puerta de entrada de los capitales del gigante asiático al bloque comercial más grande del mundo, el de Norteamérica.

La tendencia no es nueva. Desde hace al menos una década, las empresas chinas han volteado hacia otras latitudes para operar, algo que se acentuó en 2018 con la guerra comercial que comenzó con Estados Unidos y derivó en la imposición de aranceles para los productos de ambos países.

La llegada del covid-19, en 2020, aceleró la relocalización de esas empresas más cerca de sus centros de consumo, un fenómeno que se ha denominado como nearshoring y del que México ha buscado beneficiarse desde hace años. La pandemia trajo consigo el encarecimiento de los fletes marítimos y disrupciones en toda la cadena de suministro, demostrando que, más allá del nearshoring, China encontró en México un escenario óptimo para el security shoring, lo que algunos especialistas describen como la disminución de riesgos en materia comercial y productiva.

“Para integrarse de una manera menos riesgosa en cuanto a imponderables que puedan presentarse, como la pandemia o políticas claras de cierto distanciamiento, obviamente, te acercas y le quitas riesgos a tu cadena de valor y suministro”, destaca Adalberto Noyola, director del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) de la UNAM en China.

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Al cierre del año pasado, la cifra de inversión extranjera directa (IED) de China en México totalizó en 2,520 millones de dólares, lo que representa un incremento de 48.2% interanual y también el valor más alto desde 2018, cuando inició la guerra arancelaria China-EU, de acuerdo con el Monitor de IED de China en América Latina y el Caribe 2023.

El monto de 2022 también significó que, de cada 5 dólares invertidos en la región, uno tuvo como destino México, al ostentar 20.9% del total de la inyección de capital proveniente del gigante asiático, según este Monitor que retoma información de diferentes bancos de datos, recabados por la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China.

IED de China en México
La inversión extranjera de China en México se muestra al alza.

Las cifras distan de las dadas a conocer por la Secretaría de Economía (SE), pero tanto la Cámara de Comercio de México en China (Mexcham), el Centro de Estudios China-México (Cechimex) y el CEM de la UNAM en China, coinciden en que la dependencia toma criterios diferentes para el análisis. Detallan que, por ejemplo, si una inversión la realiza Huawei en México, pero desde Los Ángeles, la inversión será considerada por la SE como estadounidense, aunque la empresa que esté detrás sea china, entonces, lo que hace el Monitor es considerar la IED por origen de la empresa.

BBVA encuestó a los integrantes de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP) y encontró que, desde el inicio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, recibieron 830 nuevos inquilinos extranjeros, 20% de origen asiático. Esto representa un promedio de 207 nuevas empresas por año entre 2018 y 2022. Hacia 2025, la AMPIP estima recibir 453 nuevas empresas, de las cuales el 20% serán de origen chino.

Las oportunidades

El interés por invertir en territorio nacional se observa desde las oficinas de la Embajada de México en China. A la semana, acuden en promedio dos compañías chinas buscando información sobre el tema, lo que responde, principalmente, a sus intenciones de diversificar sus capitales y extender sus horizontes, una vez que han satisfecho su demanda local.

Actualmente, hay sobre la mesa decenas de proyectos por concretarse que rondan una inversión conjunta en México de entre 1,200 y 1,300 mdd entre 2024 y 2025, como parte de esa fase de expansión de las empresas chinas, aunque el potencial es mayor.

“Es tan grande lo que se está desarrollando que podríamos decir que es la era de oro en desarrollo de negocios y amistad en México y China, y ahorita hay dos empresas, en promedio por semana, que vienen aquí. Es tan rápido que nosotros estamos tratando de utilizar estrategias claras para ir a esa velocidad”, añade Héctor Dorbecker, consejero de Asuntos Económico-Comerciales para Tecnología, Nuevas Industrias y Servicios Financieros de la Embajada de México en China.

Automotriz, electrónica, energía e infraestructura son las industrias en las que, menciona el especialista, se ha concentrado el apetito por invertir, y en las que, en el futuro cercano, permanecerá.

Una prueba de que estos sectores son los que han acaparado el interés del gigante asiático por llegar a México es que Hofusan, que asegura ser “el primer parque industrial chino en América del Norte”, se enfoca en autopartes, tecnologías de la información, equipamiento mecánico, aplicaciones eléctricas y electrónicas, así como generación y reciclado de electricidad.

El complejo, ubicado en Salinas Victoria, Nuevo León, inició operaciones en 2017 y fue desarrollado por las firmas chinas Holley Group y Futong Group, en conjunto con la compañía mexicana Familia Santos. Hoy, operan ahí siete firmas y ocho más están por sumarse. Con las construcciones listas y las que están en puerta, el complejo alcanza los 4.1 millones de pies cuadrados de inventario, según la consultora Datoz.

A 30 minutos en automóvil de Hofusan, en Apocada, se encuentra el complejo donde CFMoto destinó 40 mdd para producir hasta 100,000 vehículos todoterreno anualmente, en una fábrica inaugurada a mediados de junio de este año, la cual también destaca por ser la primera planta de la firma en salir de su natal China.

“La producción de esta fábrica ayudará a CFMoto a reducir, significativamente, sus costos, dándole una mayor ventaja en la competencia del mercado y brindando un mejor servicio a nuestros clientes globales”, asevera Minjie Lai, director general de la compañía.

En la entidad predomina el clima seco y semiseco, pero también está en la mira de 16 proveedores chinos que actualmente suministran componentes a la planta de Tesla ubicada en Shanghái, China, que buscan adherirse a la cadena de valor que traerá consigo el nuevo complejo en México de la firma de autos eléctricos, anunciada para instalarse en Santa Catarina, con una inversión que ronda los 5,000 mdd.

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Las necesidades y el empleo

La frase popular “un traje hecho a la medida” tiene todo el sentido cuando se trata de inversiones. Dorbecker considera complicado brindar una perspectiva general sobre cuáles son las necesidades que tiene una empresa china antes de invertir en México, porque son muy específicas. “Tienes que ir a visitar sus fábricas, ver y entender cómo operan, hacer reuniones con el gobierno de México, con los empresarios. Hacer el acompañamiento es una inversión de tiempo”, añade.

Si bien son varias las empresas que buscan a la embajada con el interés de arribar a México, las inversiones también llegan por parte de la promoción de la iniciativa privada, como es el caso del arribo a los parques industriales del territorio nacional con asesoría especializada. Por ejemplo, desde hace dos años, las firmas mexicanas American Industries y Finsa cuentan con oficinas y personal en China, que también trabajan constantemente en ferias con la Mexcham.

Víctor Cadena, vicepresidente ejecutivo del organismo, afirma que uno de los primeros puntos que se ponen sobre la mesa con las empresas que buscan ser exportadoras son las reglas en torno al T-MEC, las cuales marcan un determinado valor de contenido regional a nivel Norteamérica para los productos manufacturados en el país. “La certeza jurídica de tener un marco regulatorio estable, que no sea cambiante cada año o cada sexenio”, añade.

Dorbecker y Cadena coinciden en que otro factor determinante es el abastecimiento y el costo del agua, el suministro y el precio de la electricidad, así como la disponibilidad de la tierra.

A mediados de agosto, un grupo de funcionarios del gobierno de Chongqing llegó a México en el marco de un viaje de negocios gestionado por la Mexcham. En el listado de los sectores en los que la iniciativa privada observa el mayor interés por desembarcar en el país aparece de nuevo el automotriz, en específico, las autopartes, así como los electrónicos y electrodomésticos.

La relación con esta provincia es estrecha. México tiene presencia como inversionista a través del fabricante de autopartes Nemak, con una planta de manufactura y a través de miles de contenedores importados con refacciones para las motocicletas Italika. El año pasado, en la Feria Internacional de Inversión y Comercio de China Occidental y la Feria de Comercio Electrónico Transfronterizo, celebrada en Chongqing, México fungió como país invitado de honor.

Pero el hecho de que lleguen más fábricas al país, sean chinas o de algún otro origen, no significa necesariamente una mejora directa en las condiciones de los trabajadores. Desde la segunda mitad del siglo pasado, las inversiones internacionales vieron en México el lugar idóneo para instalar sus complejos al encontrar la mano de obra más económica de la región de América del Norte. Los empleos se convirtieron en trabajos repetitivos en las líneas de producción.

Enrique Dussel Peters, coordinador del Cechimex, de la Facultad de Economía de la UNAM, destaca que la industria manufacturera del país se ha caracterizado por importar componentes y concluir con su ensamblado final en las plantas dentro del territorio nacional, lo que trae consigo bajos niveles de valor agregado, pues los procesos que verdaderamente ocupan el uso de la tecnología y generan más valor quedan fuera del país.

“Pedirle ahora a la inversión china que rompa con la tradición de la maquila desde 1965 sería iluso, y más, como un nuevo participante que se encuentra con enormes dificultades para integrarse, como buscar proveeduría, capacitación, capital humano medianamente desarrollado, etc. Más bien habría que decirle a Ford, Nissan o Volkswagen, que llevan décadas, que incrementen su valor agregado, y no a las nuevas empresas que no saben ni por dónde”, argumenta.

De acuerdo con el Monitor de la IED de China, en 2022 estos capitales trajeron consigo la creación de 19,506 empleos, la cifra más alta para la región y que, al mismo tiempo, significaron el 62.4% del total de las plazas laborales creadas en Latinoamérica y el Caribe.

Los especialistas coinciden en que una regla que debería fijarse para estas nuevas inversiones consiste en asegurar la transferencia de conocimientos, además de una mayor cooperación entre el sector público, el privado y la academia.

“No vemos que haya, como China lo hizo en el pasado con los grupos occidentales, una cláusula en donde se pida la transferencia de conocimiento en torno a las industrias a los locales, lo que también hizo que China levantara tan rápido sus capacidades en torno a tecnología e innovación, lo que logró con políticas adecuadas”, argumenta Noyola.

Nada es eterno

Tal dinamismo entre China y México no se había visto antes, pero todo tiene una fecha de caducidad y el ánimo por diversificar las inversiones también tiene una vigencia limitada. Algunos especialistas consideran que no durará más de un lustro.

La pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania han traído nuevos escenarios en materia económica en el mundo. A finales de agosto, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) aceptaron al grupo que conserva una postura “no alineada”, con la integración de Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos.

“Es una ventana de oportunidad que no va a durar para siempre. Sólo va a durar algunos años y se tienen que aprovechar todas esas oportunidades”, agrega Cadena. “Tenemos que ir viendo cómo se desarrollan los bloques económicos globalmente, cómo es que se desarrollan esas instituciones financieras globales. Es importante analizar y ya el tiempo nos marcará las pautas”, sostiene.

Además de la creación de ciertos bloques económicos, México no contará con un Tratado de Libre Comercio con China como ya lo tienen Perú, Chile, Costa Rica, Ecuador y, próximamente, Uruguay, ni en el corto ni en el mediano plazos.

El apartado 10 del Capítulo 32 del T-MEC destaca el principal factor por el que no se vislumbra en un futuro cercano, al prohibir a sus integrantes cualquier acuerdo comercial con países que no tengan una economía de libre mercado, que otorguen subsidios o pongan en una situación de riesgo la planta productiva de América del Norte.

Pese a ello, existen mecanismos de cooperación, como el Grupo de Alto Nivel Empresarial México-China, en el que se reúnen anualmente empresas de ambos países para profundizar el conocimiento mutuo y fortalecer la relación económica bilateral. El momento de México para aprovechar el apetito de las compañías chinas por invertir es ahora.

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