¿Cómo quedan los precios de los modelos de Mazda tras el ajuste?
El Mazda 3 hatchback de manufactura japonesa registró una reducción de precio de 20,000 pesos; mientras que los SUV CX-5 y CX-50, fabricados en Japón y Estados Unidos, han sido objeto de ajustes más significativos, de 30,000 pesos y 60,000 pesos, respectivamente.
El precio del SUV CX-30 fabricado localmente también ha experimentado una reducción de 30,000 pesos, gracias a las mejoras operativas implementadas en la planta de Salamanca, Guanajuato, y al aumento en el volumen de producción. Este incremento en la producción ha permitido disminuir los costos de fabricación, aprovechando las economías de escala. En términos simples, al aumentar la producción, los costos fijos se distribuyen entre un mayor número de unidades producidas, lo que se traduce en un precio más competitivo para el consumidor.
"Lo que nos interesa a todos los que producimos es que las plantas estén produciendo lo más posible. Porque tener una planta parada cuesta mucho dinero", dijo Barbeyto.
El presidente de la marca japonesa en México destacó que la estrategia de Mazda de reducción de precios busca evitar los descuentos y bonificaciones temporales, ya que esto puede afectar el valor de la marca a largo plazo. En cambio, la empresa apunta a ofrecer precios más competitivos de manera permanente para aumentar su volumen de ventas de forma sostenible.
Disponibilidad de unidades, el nuevo reto
Los resultados de esta estrategia ya se están reflejando en el mercado. Aunque la medida se implementó en enero, los efectos comenzaron a notarse en febrero, con un aumento en el interés de los consumidores en los productos de Mazda y un subsecuente alza en las ventas. Según datos de Inegi, la compañía prácticamente duplicó la venta de sus modelos en el primer bimestre del año, con 4,505 unidades vendidas, comparado con el mismo periodo de 2023, cuando comercializó 2,359 unidades.
En medio de este incremento en la demanda, Mazda enfrenta el reto de garantizar la disponibilidad de sus vehículos. Aunque algunos modelos enfrentan tiempos de espera –como CX-90 con tres meses o el CX-3 con 10 meses– debido a una alta demanda, la empresa asegura que está trabajando para optimizar la producción y reducir estos tiempos en la medida de lo posible.
Con una producción en aumento y precios más atractivos, Mazda espera alcanzar una participación de mercado del 6.4% al cierre de 2024, superando el 5.6% registrado el año anterior.