CIUDAD DE MÉXICO- Cada mañana, mientras el sol se asoma entre los edificios del Centro Histórico de la Ciudad de México, los trabajadores de la casa matriz de Nacional Monte de Piedad se preparan para recibir a uno de los 37,000 clientes que atienden diariamente en promedio en todo el país.
Y cuando hablamos de clientes, nos referimos a todo tipo de usuarios, como la actriz Irma Serrano “La Tigresa”, el exfutbolista Víctor Ruiz (Diablos Rojos del Toluca), el torero Manolo Arruza y el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, por citar algunos ejemplos.
El colombiano empeñó su batidora y un calentador de su estudio para costear el envío del manuscrito de “100 años de soledad”.
Además de valuar artículos, Monte de Piedad premia a los clientes cumplidos prestándoles un porcentaje mayor.
Foto: Jimena Zavala
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En 2018, Monte de Piedad atendió en promedio a 37,000 clientes por día, otorgando préstamos desde 30 pesos.
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Nueve de cada 10 clientes recuperan sus prendas.
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Las alhajas de oro y diamantes son los objetos que más empeña la gente en Monte de Piedad.
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Con los remanentes Monte de Piedad ayuda a más de 600 instituciones de beneficencia.
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Diamante de 5.27 kilates. Su precio comercial ronda los tres millones de pesos, se prestó por el 520,000 y se vende en 662,000 pesos.
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Con la venta de los objetos no recuperados, la institución recupera lo que prestó, los intereses y cargos moratorios. El resto se le devuelve al dueño de la prenda.
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La casa matriz de Monte de Piedad solo recibe joyería en empeño.
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La institución prepara un programa piloto para ofrecer préstamos por celulares y tabletas.
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La casa matriz de Monte de Piedad ofrece piezas empeñadas en otras sucursales.
Foto: Jimena Zavala
Antes de pertenecer a la casa de empeño, el histórico edificio, ubicado en la esquina que forman las calles de Monte de Piedad y Avenida 5 de mayo, fue el Palacio de Axayácatl y casa del tlatoani mexica Moctezuma y, posteriormente, del conquistador Hernán Cortés.
Los préstamos prendarios, por la rapidez con que se aprueban y la tasa de interés que cobran (a partir del 3% mensual), son una opción para que la gente se capitalice, ya sea para salir de algún apuro económico o para emprender un negocio, señala en entrevista Luis Enrique Padilla, director de operaciones de Nacional Monte de Piedad.
Antes de elegir y firmar un contrato de un préstamo prendario es importante revisar la tasa de interés, el valor que dan a las prensas y los plazos y el costo anual total (CAT). “Entre menor sea el CAT mejores condiciones tendrás”, sugiere el directivo.
Mientras los primeros clientes comienzan a llegar, Padilla explica cómo funcionan y qué hay que hacer para obtener un préstamo prendario: Lo primero que la gente tiene que hacer es registrarse en el sistema, proporcionando sus datos generales, escaneando una identificación oficial y huella digital para recibir una credencial que la acredita como cliente.
Lo que sigue para los clientes es determinar el servicio que requiere: empeño, refrendo o pago de desempeño.
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Monte de Piedad realiza 10 millones de préstamos prendarios a 2 millones de clientes cada año. Al terminar abril se habían registrado 3.4 millones de operaciones, según datos de la institución-.
La gente que acude a empeñar pasa con los valuadores para revisar el estado de la prenda y sus características. Luego pasan con el “amarrador”, que es la última persona que tiene contacto con las prendas.
El “amarrador” verifica que coincidan los datos capturados con la prenda empeñada, las piezas se vuelven a pesar para luego pasar al depósito de Monte de Piedad.
Rarezas
La casa matriz de Monte de Piedad en la CDMX solo recibe alhajas.
-Entre las piezas raras que ha recibido se encuentra una mandíbula de tiburón, un jaguar de oro con diamantes incrustados, una bolsa de hilos de oro de 24 kilates. Esta última fue empeñada y desempeñada en sucursales de Monte de Piedad en estados como Veracruz y Nuevo León.
Aquellos clientes que recuperan más y empeñan más, son aquellos clientes que tienen derecho a algo que llamamos ‘el aforo’, o el porcentaje de préstamo sobre el valor de la prenda, señala Padilla.
En una ocasión, recuerda el directivo, una señora acudió a dejar en prenda una cruz de palma –las que se hacen el domingo de ramos-. Cuando el valuador iba a sacar, de su bolsillo, dinero le dijo el cliente: "yo quiero mi contrato". Casi tres meses más tarde, el cliente desempeñó su cruz de palma y fue con el valuador a avisarle que ya había desempeñado-.
Los préstamos que se otorgan van desde los 30 pesos. Mientras que para los automóviles el límite es de un millón de pesos, para las joyas y alhajas no hay un tope, explica Luis Enrique.
Con autoavanza, a través del uso de un dispositivo de geolocalización (GPS) la gente puede empeñar su automóvil y seguirlo conduciendo.
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Obedeciendo a las nuevas demandas de producto, Monte de Piedad está por lazar el empeño de teléfonos celulares y tabletas bajo el mismo esquema que aplican para los autos.
Cuando un valuador se equivoca, al ser el responsable del préstamo tiene que pagar el total crédito más el 20% de castigo o de cargo por haber incluido en una falta administrativa.
Con contrato en mano, el cliente va a cobrar su prenda; los préstamos mayores a 200,00 pesos se realizan a través de transferencia bancaria.
La gente que acude por primera vez a Monte de Piedad recibe el 78% del valor de sus prendas y, cuando son clientes que siempre recuperan lo que empeñan pueden recibir hasta el 86% del valor.
Aquellos clientes que recuperan más y empeñan más, son aquellos clientes que tienen derecho a algo que llamamos ‘el aforo’, o el porcentaje de préstamo sobre el valor de la prenda, asegura Luis Enrique Padilla.
Una vez que vence el plazo y los pignorantes no tienen el dinero para liquidar la deuda, pueden acudir al área de refrendo –cada cinco meses-, es decir, a pagar los intereses correspondientes para no perder sus prendas.
Los clientes de Monte de Piedad pueden pagar hasta tres refrendos consecutivos, lo que significa que una prenda puede estar empeñada casi dos años (20 meses). La tasa de recuperación de la institución es del 90%.
Cuando las personas quieren retirar sus prendas, contrato en mano, se tienen que dirigir a las cajas de desempeño, donde cubren el pago total del capital más los intereses.
El primer empeño en Monte de Piedad lo hizo Francisco Carabantes el 25 de febrero de 1775, dejando un aderezo de diamantes por el que recibió 40 pesos y, tras recuperarlo, dejó ocho pesos de limosna.
Después del pago de deuda más intereses, los clientes reciben sus prendas con el correspondiente comprobante de pago.
El 87% de las prendas que recibimos son las alhajas de oro, después, en valor, son los diamantes y los varios (tecnología, línea blanca, instrumentos musicales) es el 10%. Lo demás lo tenemos en autos, relojes y diamantes, detalla Padilla.
Las prendas que no son recuperadas, van al área de ventas. En este lugar pueden ocurrir dos cosas, explica Luis Enrique: la venta al público o la venta con billete, esta última es una opción para quien realizó el empeño.
En la venta con billete, el propietario paga el monto prestado, intereses y un cargo moratorio; un costo menor al que aparece en la etiqueta.
Cuando la compra la realiza un tercero, al precio de venta se le descuenta el préstamo, el cargo moratorio y los intereses. En caso de que haya un remanente a favor del cliente, se le devuelve. A eso se le llama “demasía”, dice Padilla.
El pago de la demasía solo la otorga Monte de Piedad, subrayó el directivo y los clientes tienen un año para acudir a cobrarla.
-Un sillón excesivamente pesado fue rematado. Días después, quien lo adquirió regresó eufórico preguntando por el gemelo del mueble; al indicarle que no había tal, exclamó al empleado que lo atendió: “El que compré tenía el fondo lleno de centenarios”.
Las casas de empeño son reguladas por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeto), mientras que lo que tiene que ver con las iniciativas de asistencia privada cae en la cancha de la Junta de Asistencia Privada.
“El boom de las casas de empeño se dio entre 2000 y 2011, cuando el precio del oro se había disparado. Sin embargo, entre 2011 y 2013 “el oro cayó 25% y ahí muchas casas de empeño dejaron de hacer negocios y cerraron varias de ellas”, dice Padilla.
El cobro del 3% de interés mensual permite a la institución obtener remanentes para seguir operando, además “ayudamos a más de 600 instituciones de asistencia privada cada año: en temas de salud, adultos mayores, adicciones, educación”, subraya.
“Somos una institución que ayuda a la sociedad mexicana primero a través del préstamo prendario y, luego, a través de acciones de inversión social”, concluye.