“El cuentahabiente tiene que verificar el contrato original y, posteriormente, acercarse a su banco con la finalidad que este nuevo programa que aplica para cuatro o seis meses, que no venga un costo adicional más adelante, que quieran cobrar intereses moratorios o comisiones que puedan afectar de manera importante el pago original. No se trata de una reestructura en materia de crédito, derivado de que esto afectaría la tabla de amortización, los plazos, la tasa de interés”, explicó Elvira Méndez, profesora de la Universidad La Salle.
Este tipo de medidas resultan benéficas tanto para los acreditados como para los bancos. Para los primeros es una ayuda que se le está brindando en un contexto complicado, pero también atípico”; para los segundos “es una manera de acercarse a la gente”, señaló por su parte Juan Caudillo, académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (UP).
“La sociedad está rebasando las expectativas de los gobiernos que se han tardado en tomar decisiones más importantes”, agregó.
Antes de aceptar estos programas de ayuda tienes que revisar tu liquidez.
“A partir de un presupuesto, si se observa que se ve mermada la liquidez para hacer frente al pago de los créditos, sí adherirse a estos programas, consultar términos y condiciones, que lean las letras chiquitas y que se amparen con una carta del banco –solicitar con un ejecutivo de cuenta- con la finalidad de que, posteriormente, no quieran aplicar una reestructura, subir la tasa y, obviamente, las comisiones”, subrayó Méndez.
Por otro lado, “vale la pena tomar la ayuda porque no sabemos en qué momento se puede necesitar, entonces, tomarla en este momento puede ser más del tipo de precaución y que al final del día, si no te va a afectar –no tiene costo o penalización-, y no esperarse a que ya no esté disponible o que sea tanta la demanda de la ayuda y que las instituciones se vean obligadas a dejar de darla”, apuntó el académico de la UP.
¿Qué hacer durante el periodo de gracia?
Lo principal en estos tiempos de incertidumbre económica es satisfacer las necesidades básicas e inmediatas: servicios, canasta básica. Al estar suspendidas muchas actividades recreativas y espacios públicos, los ahorros que vengan por ese lado de ahí puede salir para hacer frente a la crisis.