En México, además de un crédito hipotecario con una institución financiera, puedes optar por un financiamiento con el Infonavit. Esta última opción es viable para todos aquellos que cuentan con un empleo formal y, por ende, con dinero en la subcuenta de vivienda del instituto.
Compara entre varias opciones para elegir la que mejor se adapte a tus necesidades y situación financiera. Es importante que tengas clara tu capacidad de pago. Para calcularla haz una resta entre tus ingresos y tus gastos mensuales, aconseja BBVA.
Por ejemplo, si ganas 20,000 pesos al mes y tus gastos ascienden a 5,000 pesos, tienes disponibles 15,000 pesos, es decir que cuentas con 75% de capacidad de pago. Si tienes una tarjeta de crédito o estás o una hipoteca disminuye tu capacidad pago. Si tus gastos, incluidos otros financiamientos, es de alrededor del 40% de tus ingresos, serás sujeto de un nuevo crédito, explica el banco.
Antes de firmar un contrato de este tipo, con el que te puedes comprometer durante un periodo de hasta 30 años, tienes que poner en la balanza una serie de elementos que te pueden servir para evitar un dolor de cabeza durante el tiempo que estés pagando.
Entre las principales recomendaciones está el buscar una institución que otorgue una tasa de interés fija y que no haya penalizaciones por pagos o liquidación anticipada.
Sin importar si vas con el Infonavit o con un banco, debes contar con por lo menos un año de antigüedad en tu trabajo, esto para demostrar que cuentas con un ingreso estable para asumir la deuda, señala buscandocasa.com.
Asimismo, tanto el instituto como los bancos otorgan créditos en pesos, lo que te protege contra devaluaciones o crisis económicas.