El petróleo anotó su mayor desplome en casi tres décadas esta semana, después de que Arabia Saudita y Rusia prometieran extraer más combustible en una batalla por la participación en el mercado, justo al tiempo que el coronavirus causa la primera disminución de la demanda desde 2009.
"No es solo el hecho de que los precios serán más bajos y habrá más competencia en el mercado, sino que uno de sus principales compradores tendrá que reducir sus importaciones, dependiendo de cuánto tiempo continúe el impacto del virus", dijo Ixchel Castro, gerenta de mercados de petróleo y refinación para América Latina en Wood Mackenzie. "Si Arabia Saudita decide aumentar la producción, pronto habrá un suministro adicional de crudo mediano y pesado, por lo que impacta específicamente en una de las principales regiones donde México está exportando crudo en este momento", añadió.
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Los inversionistas se muestran escépticos con la política energética más proteccionista del presidente Andrés Manuel López Obrador, que incluye la construcción de una refinería de 8,000 millones de dólares en su estado natal. Pemex está luchando por ser rentable mientras equilibra la necesidad de financiar el presupuesto del país, que depende de la petrolera para casi una quinta parte de sus ingresos.
Además, la deuda de Pemex se ha disparado en los últimos años, y su producción de petróleo ha declinado desde 2004. Pese a un programa de perforación acelerado en un grupo de campos en tierra y en aguas poco profundas, la producción de Pemex se estancó en el cuarto trimestre del año pasado, a 1.68 millones de barriles diarios, con pocas variaciones con respecto al trimestre anterior.
¿Por qué el coronavirus desplomó al petróleo, al peso mexicano y las bolsas del mundo?