La industria farmacéutica obtiene millones de dólares al año con todos los productos que desarrolla. Aunque parece un sector sumamente jugoso, llegar a ese punto requiere de fuertes inversiones y años en investigación y desarrollo, y también tiene muchos riesgos: que el producto sea seguro, que sea aprobado, que nadie lo desarrolle antes. Ahora, con la pandemia del COVID-19, las farmacéuticas están en una carrera para ver quién desarrolla y produce primero la vacuna, y en esa competencia ya hay ganadores: los inversionistas.
La carrera por la vacuna contra el COVID-19 acelera a las farmacéuticas en Bolsa
El sector farmacéutico es el segundo con mayor rendimientos dentro de las empresas que conforman el S&P 500, uno de los principales índices bursátiles de Estados Unidos -el principal mercado accionario en el mundo-, solo detrás del tecnológico.
En lo que va del año, registra un alza de 7%, frente al avance de alrededor de 3.5% del índice S&P 500. “Sin duda alguna, la pandemia mundial que estamos sufriendo está detrás de esta alza de cotizaciones. Casos como el de Novavax o Hepio son muestras claras de la euforia que domina ahora al sector”, dice Javier Molina, analista de la plataforma global de inversiones eToro.
Cada una de estas empresas recurren a diversas estrategias para tratar de adelantar a las otras en su búsqueda por la vacuna.
Novavax ha obtenido financiamiento de parte del gobierno de Estados Unidos con el objetivo de que pueda producir potencialmente 100 millones de dosis antes de final de año. AstraZeneca trabaja de la mano con la Universidad de Oxford en el desarrollo de la vacuna, la firma británica también buscó hacer una fusión con Gilead Science , otra de las empresas que trabaja en una vacuna y que recién llegó a un acuerdo con Pfizer para producir remdesivir, un fármaco efectivo en la reducción de las probabilidades de muerte por el virus. Pfizer también se asoció con la alemana BioNTech para el desarrollo de la vacuna.
El alza en Bolsa de las firmas que están activamente trabajando en una vacuna contra el COVID-19 ha arrastrado al resto de la industria, pero la esperanza de lograrla es el hilo del que depende el precio de las acciones, y que no se traduce en mayores ingresos para las firmas.
Una ganadora colateral de esto es Kodak, que logró sujetarse del éxito del sector para salir del hoyo en el que estaba. La empresa recientemente anunció que recibió 765 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos para la creación de Kodak Pharmaceuticals y producir “componentes farmacéuticos cruciales que han sido identificados como esenciales, pero han escaseado”, señaló la firma. En el último mes, el precio de sus acciones se disparó 600%.
“Sin embargo, el préstamo y la nueva línea de negocio de Eastman Kodak no se acercan a una justificación para sus enormes ganancias en el precio de las acciones, digan lo que digan los traders y los inversionistas de Robinhood”, escribe Max Nisen, de Bloomberg en su columna “La locura de Kodak se captura en una palabra: ¿en serio?”.
El aumento en el precio de la acción sin que esto se sustente en los resultados financieros de una empresa propicia valuaciones altas, es decir que se consideren caras, dice Carlos Ponce, socio fundador de SNX, una firma de análisis, estrategia e inversión bursátil. “Con los precios actuales, los precios objetivos ofrecen ya poco potencial. Todas las que no sean la primera en anunciar la vacuna tendrán una corrección importante en su precio” advierte Ponce.
De acuerdo con Molina hay dos puntos de vista, a los inversionistas les interesa estar en un sector “en plena ebullición, donde el alto interés de inversión, el momentum y la euforia sigue tirando de los precios”; mientras que los analistas ven un horizonte más amplio, donde los beneficios no serán inmediatos en los resultados de las empresas.
Aún así, en un corto plazo “el alto sentimiento positivo, la segunda ola de la pandemia que parece azotar a medio mundo, el exceso de liquidez y falta de alternativas de inversión junto a la ausencia de sensación de riesgo puede seguir impulsando los precios”, comenta Molina. Además, independientemente de la empresa que lo consiga ”el anuncio de la vacuna en su momento, tendrá un beneficio general para todo el mercado”, concuerda Ponce.