La Reserva Federal de Estados Unidos, que es el banco central de la economía más grande del mundo, ha dado señales de que comenzará a aumentar su tasa de interés, que se encuentra en 0.25%, más pronto de lo esperado. JP Morgan estima que esto sucederá a partir de septiembre de 2022, y no hasta 2023 como se pronosticaba hasta hace unos meses. Además de estas perspectivas, el mercado cambiario ya reacciona al anuncio de la Fed de que, a partir de este mes, comenzará a reducir su compra de bonos.
Tanto las compras de bonos como las tasas bajas son parte de las herramientas que tienen los bancos centrales para incentivar la economía y mantener la inflación en niveles manejables. Dado que los últimos datos en Estados Unidos muestran que la inflación está lejos de ceder (en octubre fue de 6.2%, la mayor desde 1990), la Fed ha decidido reducir los estímulos, lo que termina disminuyendo la liquidez en el mercado, explica César Cote, analista de CMD Derivados.