¿Qué factores han fortalecido al peso?
En 2020, el mundo vivió una crisis como ninguna otra, la de la pandemia de COVID. Ante el cierre y la detención de las actividades económicas, los bancos centrales bajaron sus tasas, haciendo el dinero (préstamos) más baratos e incentivando la economía. Pero esta política tuvo un precio: con el aumento de la demanda viene un aumento en los precios, o sea la inflación comenzó a subir hasta niveles no vistos en décadas (para México el pico fue en agosto de 2022 con 8.7% anual. Para Estados Unidos, la mayor fue de 9.1% en junio).
La receta para controlar la inflación consiste en subir las tasas, algo que el Banco de México comenzó a hacer desde agosto de 2021, desde entonces la tasa ha pasado de 4% a 10%. En Estados Unidos, la Reserva Federal inició su ajuste en marzo de 2022. Actualmente su tasa se encuentra en 3.75% desde el 0.25%.
“Esta medida ha ampliado considerablemente el diferencial de tasas con Estados Unidos hasta los 600 puntos base, lo que ha conferido estabilidad y resistencia al peso mexicano”, señalan en un análisis Gabriela Soni, directora de Estrategia de Inversión en UBS México, y Alejo Czerwonko, director de Inversiones para Mercados Emergentes de las Américas en UBS.
El alza de las tasas implica un incremento en el rendimiento de los instrumentos de deuda del país, atrayendo a los inversionistas. “Ahorita no se están demandando dólares porque al inversionista local no le hace sentido invertir en dólares, cuando puede estar ganando una tasa del 10% que es súper atractiva”, dice Jose Luis Ortega, director de equipos de Deuda y Multiactivos de BlackRock México.
Para el especialista otros factores que sostienen al peso son las finanzas macroeconómicas sanas, disciplina financiera fiscal, las reservas y la inversión extranjera directa, que “está sorprendiendo a la alza sobre todo por el nearshoring”, comenta Ortega, una estrategia de las empresas para colocar plantas en algunos países por estrategia logística o de costos. Ante los problemas geopolíticos en Europa y Asia, algunas compañías han volteado a ver a México como destino ideal para su producción, lo que aumenta la inversión en el país y, por ende, la demanda de pesos.
Sobre la postura fiscal del gobierno, UBS señala que el peso se benefició de la respuesta del gobierno ante la crisis por el COVID-19, pues el país no aumentó su deuda, por lo que sale “bien parado en comparación con muchos de los mercados emergentes y desarrollados que prestaron más apoyo fiscal durante la pandemia”.
La baja de la participación de inversionistas extranjeros en el mercado de deuda también beneficia a la moneda mexicana. De acuerdo con datos de Banxico, en los últimos 12 meses, al cierre de octubre, la tenencia de bonos de parte de extranjeros ha caído 6% (100,000 millones de pesos), pero -en el mismo periodo- las afores han aumentado su tenencia en estos instrumentos en 8% (247,000 millones de pesos), “volviéndose un participante más relevante en el mercado”, dice Ortega. “Esta nueva realidad hace que el peso sea menos vulnerable a las subidas de tasas de interés mundiales y los flujos de capital”, coinciden Soni y Czerwonko.