Cambio de percepción
La pandemia modificó, sin duda, los hábitos de consumo de los usuarios. Pero no solo eso, el coronavirus les permitió tomar una mayor consciencia sobre la forma en que adquirían un producto o servicio, convirtiendo el precio uno de los principal factores de comparación.
Pero, en un momento donde la salud y la vulnerabilidad se volvieron el centro de atención, las personas decidieron volcarse por artículos que aseguraran el bienestar físico y mental de ellas mismas, de su círculo cercano y de la sociedad en general. Por eso, los productos de bajo precio y que mejoraran la calidad de vida fueron los más demandados.
“El impacto en la sociedad fue primordial. Las marcas que lo identificaron perfectamente, que aportaron y apostaron por el sentido de humanización fueron las que estuvieron en la conversación. Esto ha puesto en perspectiva el impacto social y ha obligado a las empresas a buscar un sentido de propósito y no de oportunidad”, mencionó Gabriel Richaud, director general de IAB México, quien también participó en el panel organizado por Expansión.
Si bien, la tendencia de marketing con causa se fortaleció este 2020, no es coyuntural. De la Barrera advirtió que aquellas marcas que no visualicen la evolución a un propósito tienen el riesgo de no llegar lejos.
“Las empresas deben entender que se trata de personas hablándole a personas. Esta pandemia humanizó a las marcas y les permitió reconocer la importancia de los clientes y de hacerlos felices, pero lo más importante, de entender sus necesidades y de no caer en requerimientos tradicionales. Por eso, está claro que no se trata de verse bonitos o ser políticamente correctos, sino de adoptar las causas como una decisión de negocio”, agregó Amanda Berenstein, CEO de la agencia Weber Shandwick.