Algunas de estas emergencias relativas a ciertos países han durado varias décadas, como las sanciones contra Irán. Otras, como la que declaró Bill Clinton para combatir a los narcotraficantes, ciertamente han afectado a algunas personas en México , pero definitivamente no a todo el país.
Hasta ahora, le ley nunca se había usado para imponer aranceles, según el CRS. Además, México es vecino y aliado de Estados Unidos; le compramos 345,000 millones de dólares en mercancías el año pasado porque nos une el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Es una aplicación increíblemente amplia, particularmente si tomamos en cuenta que estos costos a final de cuentas se trasladarán a los consumidores estadounidenses, quienes cargan con el peso de los aranceles porque los pagan los países importadores, no los exportadores. Afectarán la cadena de suministro de la industria automotriz estadounidense, la maquinaria, el instrumental médico, sin mencionar los aguacates y los jitomates de las ensaladas de los estadounidenses, las frutas, las verduras… todo.
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Además, hay reciprocidad. Los estadounidenses vendieron poco más de 300,000 millones de dólares en mercancías a México en 2018: autos, maquinaria, carne de cerdo y de res. Miles de millones de dólares de muchas mercancías diferentes que podrían quedar sujetas a aranceles en represalia.