El coqueteo de Irán con el eje nazi-fascista terminó con una operación militar relativamente poco sangrienta que se resolvió con unos 200 civiles muertos. Si Teherán profundiza su papel de integrante del nuevo "Eje del Mal" y accede a la bomba nuclear, en la cabeza del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no figura una pequeña acción como la invasión de 1941.
Después de reunirse el lunes 25 de este mes en Jerusalén con el asesor para la Seguridad Nacional de Rusia, Nikolai Patrushev, uno de los principales consejeros del presidente Vladimir Putin, Netanyahu advirtió que su país "hará todo lo posible para prevenir" que el régimen de Teherán obtenga armas nucleares. "Todo lo posible" suena muy distinto en el 2019 a lo que podía significar en 1941 para Irán.
Israel no es el único que piensa en la posibilidad de un arma nuclear. El gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, abandonó en 2018 un acuerdo que limitaba las capacidades nucleares de Teherán con el argumento de que el país no estaba cumpliendo con sus compromisos.
En las últimas semanas, Irán y Estados Unidos han elevado las tensiones en Medio Oriente. El martes, un día antes de partir a Japón, Trump amenazó con "borrar" partes de Irán si la república islámica ataca "cualquier cosa estadounidense".
En estas últimas tensiones, Shinzo Abe, primer ministro japonés, ha buscado tener un papel de mediador, pero su reciente visita a Irán no tuvo el resultado esperado y estuvo marcada por los ataques a petroleros en el Golfo, que Washington atribuye a Teherán .
Putin, un aliado de Teherán, y Trump tendrán oportunidad de hablar sobre el tema en una reunión bilateral programada entre ambos mandatarios en Osaka. ¿El desenlace de esta conflicto será parecido al de 1941? La historia lo dirá.