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Boris Johnson fracasa en su objetivo de asustar a Europa

Desde su campaña, el primer ministro británico ha dicho que intensificaría los preparativos para salir de de la UE sin acuerdo, pero no logra presionar a Bruselas.
mar 13 agosto 2019 12:49 PM
Primer ministro Boris Johnson
El primer ministro británico está tratando de presionar a Bruselas para renegociar el acuerdo de salida, pero su estrategia parece no funcionar.

LONDRES (CNN)- Boris Johnson está tratando de asustar a Europa para conseguir un mejor acuerdo de separación. Además, no ha sido tremendamente sutil. Durante su campaña para reemplazar a Theresa May, Johnson insistió en que si se volvía primer ministro, intensificaría los preparativos para salir de la Unión Europea sin acuerdo.

El argumento es más o menos el siguiente: un brexit sin acuerdo desataría el caos no solo en Reino Unido, sino también en los países europeos. Como hemos visto que Johnson habla en serio, Europa parpadeará tarde o temprano y renegociará el acuerdo al que llegó con May el año pasado (y que el Parlamento británico ha rechazado tres veces).

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Desde que asumió el cargo, Johnson no ha suavizado su postura. Trajo a un montón de partidarios radicales del brexit a su gabinete y a su equipo de asesores y, en semanas anteriores, la falta de acuerdo se ha vuelto el resultado más probable pese a que casi nadie creía que pasaría.

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Sin embargo, si el objetivo de todo esto es asustar a la Unión Europea, no está funcionando. "Desde que se puso en marcha el Artículo 50, sabíamos que era posible que no hubiera acuerdo. Por eso nos preparamos para ello mucho antes que Reino Unido", dijo un funcionario de la Unión Europea a CNN.

Parece que Bruselas está muy tranquila con esto. "La amenaza de que no haya acuerdo no te llevará a nada con la Unión Europea", dijo Georgina Wright, investigadora senior del Institute for Government, un centro de estudios británico. "Las amenazas no van a hacerlos cambiar de opinión, solo cambiarán de opinión con alternativas creíbles".

Las alternativas de las que Wright habla se refieren a una sección específica del acuerdo de retirada, conocida como salvaguardia de la frontera con Irlanda: se trata de un mecanismo cuya intención es impedir que vuelva a levantarse una frontera física entre Irlanda del Norte, que pertenece a Reino Unido, y la República de Irlanda, que pertenece a la Unión Europea.

La salvaguardia es el principal pero que los partidarios del brexit ponen al acuerdo existente porque mantiene a Reino Unido atado a la Unión Europea en algunos aspectos e impide que se separen del todo del bloque, por lo que no se respeta el resultado del referéndum.

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El problema es que Irlanda se opone a que la salvaguardia siga siendo parte del trato. Como señaló Wright, "la unidad de los 27 [países de la Unión Europea] es lo más importante. Esa es la razón por la que la Unión Europea es un actor tan poderoso en negociaciones con terceros". Entonces, si Irlanda no lo acepta, toda la Unión Europea lo rechaza y punto.

Johnson dejó formalmente en claro que no cambiaría de opinión respecto a la salvaguardia. Sus negociadores fueron a Bruselas y señalaron que, desde la perspectiva de Londres, eliminar la salvaguardia es el punto de partida de las nuevas negociaciones. De otra manera, Reino Unido saldrá de la Unión Europea sin acuerdo el 31 de octubre.

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Pero lejos de perturbar a Bruselas, parece que el absolutismo de Johnson está teniendo el efecto opuesto. Se espera que cuando el Parlamento Europeo reanude sesiones en septiembre, apruebe una resolución en la que se reafirme su compromiso con el acuerdo de retirada existente y se vuelva a hacer patente su postura de que es el único acuerdo que Reino Unido conseguirá.

La conclusión lógica de este duelo es que si no hay un nuevo acuerdo sobre la mesa, Johnson asista a la cumbre del Consejo Europeo, el 17 de octubre, y solicite otra prórroga para evitar salir sin acuerdo.

Entonces, dado que los legisladores en Bruselas aceptan que la salida de Reino Unido sin acuerdo será tan mala para Europa como para Reino Unido, ¿por qué no han entrado en pánico?

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Una de las razones es la furia. A las autoridades de la Comisión Europea les molesta que Reino Unido esté tratando de presionar a Irlanda para que pida que se hagan cambios. "Reino Unido echó a andar el Artículo 50, Reino Unido no aceptó nuestro acuerdo y solo Reino Unido puede revocar el Artículo 50. Echarnos la culpa —especialmente a Irlanda— de la situación que crearon es indignante", dijo el funcionario de la Unión Europea.

También les molesta que Johnson y su gobierno estén tratando de echarle a Bruselas la culpa de la falta de avances. Michael Gove, uno de los ministros del gabinete de Johnson, dijo esta semana que le entristecía que la Unión Europea "se niegue a negociar con Reino Unido".

Otra fuente en Bruselas que tiene conocimiento detallado de las negociaciones señaló: "Boris está tratando de jugar a la culpa, pero no vamos a seguirle el juego. Mantener la calma, mantenernos unidos, esa es nuestra política". Aunque sería tentador arremeter contra Reino Unido, la Unión Europea ha optado por centrarse en mantenerse en su postura previamente establecida y no dejar ver ninguna grieta.

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La segunda razón por la que no han entrado en pánico es que la gente en Bruselas toma con ciertas reservas todo lo que Johnson dice. Johnson ha cambiado de opinión en otras ocasiones y nadie descarta la posibilidad de que, llegada la cumbre del 17 de octubre, solicite otra prórroga para el brexit si le conviene políticamente.

"Desde hace mucho tiempo asumimos que Boris Johnson solicitaría una prórroga y lo pintaría como que no fue decisión suya, pero que lo está obligando su propio Parlamento o la Unión Europea", dijo Wright.

Aunque esto podría parecer suicida para un hombre que afirmó que concretaría el brexit el 31 de octubre "o moriría en el intento", la situación política en Reino Unido podría provocar que Johnson prefiera pedir otra prórroga.

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Johnson tiene una mayoría de un voto en el Parlamento. Por ello, es vulnerable a perder un voto de censura. Además, aunque la desintegración de su gobierno no impediría automáticamente el brexit sin acuerdo, desencadenaría una serie de acontecimientos que lo llevarían a pedir una prórroga al brexit.

En caso de que el Parlamento desintegre el gobierno, sería muy probable que Johnson tenga que llamar a elecciones generales. La fecha probable de dichas elecciones ha sido uno de los temas más relevantes en Reino Unido y en Bruselas. Hay quien piensa que Johnson llamaría a elecciones después de la fecha del brexit, lo que significa que, en teoría, puede dejar que el tiempo corra para que no haya acuerdo sin que nada se interponga en su camino.

La cosa es que si la falta de acuerdo es tan catastrófica como se ha predicho, entonces es difícil entender cómo eso le serviría a Johnson en una campaña electoral. A esas alturas, la falta de acuerdo sería su responsabilidad.

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Sin embargo, si perdiera el voto de confianza, Johnson podría, en teoría, jugar otra carta: podría solicitar una prórroga e inmediatamente arremeter con todo contra quienes lo obligaron a hacerlo, es decir, la mayoría en el Parlamento que no quiere salir de la Unión Europea sin acuerdo. Así, las elecciones generales se transformarían en una pelea entre la gente que se "robó" el brexit y el hombre que, con una mayoría más amplia en el Parlamento, por fin logrará terminar el trabajo.

"Todos saben que pensamos que es inevitable que haya elecciones", dijo la fuente en Bruselas. "Es probable que todo esto de echar culpas esté dirigido a un público nacional, no a nosotros".

Si eso pasa y si Johnson gana la mayoría en el Parlamento, entonces lo más seguro es que el discurso se endurezca. Johnson tendrá el mandato de concretar el brexit sin acuerdo y tendrá la mayoría para lograrlo. Es probable que retome su plan de asustar a Bruselas para sacarle concesiones.

Mientras tanto, la realidad ineludible es que la Unión Europea está lista para que no haya acuerdo y casi se le acaba la paciencia con Reino Unido, que cree que ha hecho hasta lo imposible para ayudar. En caso de que lleguemos a ese punto, tal vez no sean las autoridades en Bruselas las que teman que no haya acuerdo. Boris Johnson tendrá que tomar decisiones importantes y no tendrá mucho tiempo para hacerlo.

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