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Las opciones para el 'brexit' conllevan problemas para todos los involucrados

El líder del opositor Partido Laborista Jeremy Corbyn reveló que forzarán a elecciones generales y un segundo referéndum para renegociar un nuevo acuerdo para el 'brexit', o quedarse en la UE.
vie 20 septiembre 2019 06:04 AM

Londres (CNN) — Las aguas turbias del brexit están empezando a aclararse.

Jeremy Corbyn, líder del opositor Partido Laborista, finalmente dio a conocer su postura respecto al tema más importante al que se enfrentan su partido y su país.

Tras haber sido protagonista de los intentos de bloquear un brexit sin acuerdo en el Parlamento, Corbyn se enfrentó a la pregunta inevitable de qué haría después.

En un artículo publicado el miércoles 18 de septiembre, Corbyn intentó dar una especie de respuesta. Una vez que se deseche la posibilidad de que no haya acuerdo, los laboristas harán todo lo que esté en sus manos para forzar la celebración de elecciones generales. El partido le presentaría al país un plan para llevar a cabo un segundo referéndum para que decida si quiere que el gobierno de Corbyn negocie un nuevo acuerdo para el brexit o quedarse en la Unión Europea.

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¿Cuál sería la postura de Corbyn en ese referéndum? En el artículo que publicó en el Guardian el miércoles, Corbyn indicó que en realidad no adoptaría una postura. Corbyn se mantendría neutral, sin meterse en el pleito, y que los legisladores y los miembros del partido podrían hacer campaña como quieran. "Le daremos al pueblo la última palabra respecto al brexit, con la opción de una oferta creíble para salir o quedarnos", escribió.

Así, el Partido Laborista de Corbyn quedará justo en el centro de la brecha del brexit, en la posición comprometedora, por decirlo de alguna manera.

Desde que Johnson asumió la primera magistratura, la política respecto al brexit del partido gobernante —los conservadores— se ha endurecido: brexit o morir en el intento antes del 31 de octubre. Johnson se vio obligado a llegar a esto por el éxito del partido por el brexit de Nigel Farage, cuyo éxito en las elecciones europeas de mayo dejó al partido gobernante en Reino Unido tratando de mantenerse a flote en el quinto sitio.

Este fin de semana, el partido Liberal Demócrata anunció que su postura sería ir más allá de un segundo referéndum: cancelarían el brexit definitivamente. En un discurso en la conferencia anual del partido, la líder liberal demócrata, Jo Swinson, dijo que "un gobierno de mayoría liberal demócrata revocaría el Artículo 50 el primer día, porque ningún brexit será bueno para nuestro país".

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Al ponerse en el centro en cuanto al brexit, Corbyn está corriendo un gran riesgo dado que el país está sumamente dividido.

En circunstancias normales, una postura moderada en el centro de un debate político puede servir para ganarse a los votantes. Pero el brexit no es una circunstancia política normal.

"Lo singular del brexit son estas posturas tan polarizadas. Es probable que estés decididamente a favor de salir o decididamente a favor de la permanencia. En el centro hay muy pocos electores", explicó Rob Ford, profesor de Política en la Universidad de Manchester y autor del nuevo libro Brexitland. "La combinación de estas dos cosas dificulta mucho asumir una postura comprometida sin irritar a al menos una de las partes o, catastróficamente, a ambas".

Corbyn también tiene un problema en su propio partido. Los laboristas han librado una guerra civil desde la votación del brexit. La mayoría de los legisladores laboristas en el Parlamento respaldaron la permanencia en 2016. Sin embargo, muchos de sus bastiones tradicionalmente proletarios, especialmente en el norte de Inglaterra, votaron enfáticamente a favor de la separación. Esta disonancia es lo que provocó que los laboristas tuvieran una política muy confusa respecto al brexit en las elecciones de 2017.

Esta estrategia para el brexit digna de Schroedinger funcionó en 2017: los laboristas se llevaron más escaños de lo que se había predicho. Ahora, el partido se enfrenta al problema de que la opinión pública ya se sabe el truco y que el plan de Corbyn implica que los miembros de su partido tendrán que hacer campaña unos contra otros a final de cuentas.

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Hay quienes piensan que el plan no resistirá mucho. "Corbyn se encontró erróneamente en el centro. El consenso es que todo se habrá venido abajo en unas cuantas semanas porque la conferencia del partido y los colegas aspirantes al gabinete lo obligarán inevitablemente", dijo un alto asesor laborista a CNN.

Todo esto le sirve a Boris Johnson a final de cuentas. En este momento, puede afirmar, con fundamentos, que es el único líder de partido que está tratando de que el brexit se concrete lo más pronto posible. También le ayuda a Johnson que la Suprema Corte esté analizando si su decisión de suspender el Parlamento fue legal o no . A la opinión pública probablemente no le importen mucho los tecnicismos jurídicos de la suspensión, pero lo que verá es que hay gente, a la que Johnson pinta como partidarios de la permanencia, que está arrastrando al brexit a los tribunales y tratando de arrebatárselo al pueblo.

En este momento, cualquier postura respecto al brexit es un volado. Todas las encuestas recientes arrojan resultados contradictorios y la política interna de cada partido es un desastre hasta cierto punto.

La apuesta de Corbyn podría ser que la gente considere que los laboristas son la segunda opción menos arriesgada y no quienes les darán el resultado que prefieren. Los partidarios de la permanencia tienen la oportunidad de volver a empezar con un referéndum, que es lo que dicen que han querido hacer desde un principio. Además, en el norte de Inglaterra, en donde muchos distritos laboristas votaron por la separación, los conservadores siguen teniendo una imagen terrible. Aunque Johnson lograra concretar el brexit, ¿valdrá la pena que acabe con tu comunidad con otras políticas que aborreces? Como señala Rob Ford, "no hay una postura menos arriesgada que el Partido Laborista pueda adoptar, honestamente".

Entonces ¿qué sabemos a ciencia cierta? Primero, cuál es la postura de cada partido respecto al brexit. Segundo, que es prácticamente inevitable que se lleven a cabo elecciones generales anticipadas. La única duda que queda es cuándo serían esas elecciones.

Sabremos más sobre las fechas el 21 de octubre, a menos que la Suprema Corte ordene que se vuelva convocar al Parlamento antes.

Será el primer lunes después de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas y, para esas alturas, ya sabremos a ciencia cierta si el brexit se va a posponer aún más… o si Johnson de verdad tiene un nuevo acuerdo para el brexit.

En ese momento, todos querrán elecciones y la postura de todos será clara. Si resulta que Reino Unido se separa de la Unión Europea antes de las elecciones, los partidarios de la permanencia podrían volverse partidarios del retorno con la esperanza de que la Unión Europea proponga alguna especie de vía fácil para reincorporarse al bloque.

Hasta que haya elecciones, nadie sabrá qué es lo que la opinión pública británica piensa del brexit, ya no digamos qué cosa es la que cuenta con el respaldo de la mayoría. Como explica Rob Ford, todas las posturas son "peores que un volado porque al menos con el volado conocemos las probabilidades. Aquí los políticos se están dejando guiar por el instinto y no sabemos cuál será el costo político de asumir cualquiera de las posturas".

Si algo sabemos de Johnson y de Corbyn es esto: que el uno cree que sus instintos políticos están más en sintonía con los de la gente que los del otro.

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