Los tres hombres tuvieron hijos en la era posterior a Mao y dicen que las preocupaciones de sus vástagos son muy diferentes a las que ellos tenían a su edad. "Él vive de quincena a quincena. El énfasis está en vivir el momento", dijo Xiao, refiriéndose a su hijo.
Xiao cuenta que, en retrospectiva, sus viejos compañeros de clases y amigos tenían opiniones divergentes respecto al legado de Mao para China, al igual que el resto del país.
Dijo que Mao había cometido errores, pero que la contribución del ex líder de China superaba por mucho sus defectos. "El trabajo de Mao no era sencillo", dijo Xiao.
¿Un futuro brillante?
Wu sigue llevando una vida modesta en su granja en Hubei y tiene mucho que se retiró del trabajo del campo. Sus hijos y sus nietos viven en la ciudad, aunque van a visitarlo cada vez que pueden.
Haber vivido 70 años de cambios no ha mermado la fe de Wu en Mao ni en el Partido Comunista. Habla orgulloso del presidente Xi, de su gobierno y del trabajo que están haciendo en todo el país.
"Todos mis familiares, desde hacía ocho generaciones, eran analfabetas; yo fui el primero que aprendió a leer y a escribir", cuenta.
Gracias a la creciente prosperidad económica de China, Wu ahora puede viajar al extranjero para saciar su amor y su afición por la astronomía.
"Muchas personas no han podido observar un eclipse total de sol en toda su vida, pero yo lo he visto nueve veces, desde lugares óptimos, así que soy una persona feliz", dijo.