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China y Estados Unidos, ¿una futura guerra inevitable?

La guerra arancelaria entre las dos mayores economías tiene a los mercados del mundo en vilo, pero los problemas entre ambas potencias son mucho mayores.
lun 19 agosto 2019 05:04 AM
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de China, Xi Jinping, durante la cumbre del G20 en Osaka, Japón.
El presidente chino Xi Jinping tiene una visión más estratégica que su contraparte estadounidense, de acuerdo con especialistas en política internacional.

China y Estados Unidos llevan enfrascadas más de un año en un conflicto comercial que ha puesto de cabeza a los mercados mundiales y que ha comenzado a mermar el desempeño económico de Beijing. El conflicto parece no tener fin.

El presidente Donald Trump y el gobierno de Xi Jinping han elevado sus apuestas en las últimas semanas, a pesar de que estos países acordaron una tregua comercial durante la cumbre del G20, celebrada a finales de junio.

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El banco Goldman Sachs advirtió la semana pasada que un acuerdo comercial no llegará antes de las elecciones estadounidenses de noviembre de 2020, pues los funcionarios de Washington y Beijing están “adoptando una línea más dura”.

Sin embargo, el reciente anuncio de Washington de retrasar a diciembre los aranceles a laptops y teléfonos móviles provenientes de China fue recibido como una reversa de EU en sus medidas contra la potencia asiática.

Sin embargo, el comercio no es lo único que enfrenta a Washington y Beijing. Ambos países tienen posiciones encontradas en temas como el acuerdo nuclear con Irán, la desnuclearización de la Península de Corea y la crisis política en Venezuela.

Ante esta situación, los temores de que el conflicto entre ambas potencias pueda llegar a las armas se hace cada vez mayor. Algunos explican que incluso, han caído en la trampa de Tucídides, es decir, un choque inevitable entre una potencia hegemónica y una potencia emergente, en este caso, Estados Unidos y China, respectivamente.

Si bien, la relación bilateral se encuentran en un momento muy delicado, las posibilidades de un enfrentamiento militar entre China y Estados Unidos aún son lejanas, indicaron especialistas consultados por Expansión.

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“Es una situación muy complicada lo que estamos viendo ahora, porque por los dos lados (China y Estados Unidos) estamos viendo cómo los gobiernos tienen presiones para actuar de una o de otra manera con respecto al otro”, indica Marisela Connelly, profesora del Centro de Estudios en Asia y África del Colegio de México (Colmex).

Dos visiones sobre China

La especialista en política exterior China explica que en Estados Unidos existen dos grupos de políticos y académicos que aconsejan al presidente Donald Trump sobre qué hacer respecto al creciente poder económico y político de China.

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El primer grupo está conformado por políticos de línea dura que aseguran que China pone en riesgo la hegemonía de Estados Unidos como principal potencia en el mundo, por lo que hay que actuar para frenarlo. El principal diplomático estadounidense parece estar en el primer grupo.

“China está amenazando la posición dominante de los Estados Unidos y tenemos que hacer lo posible para evitar el sorpasso”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, en el Hudson Institute el 4 de noviembre de 2018.

Y es que China, gracias a las reformas económicas implementadas desde 1979, ha tenido un crecimiento económico sin precedentes, que trae con el también mayor poder político y militar, de acuerdo con Ulises Granados, coordinador del programa Asia Pacífico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

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"China creció durante la década pasada casi a dos dígitos el PIB interanual. Actualmente ha bajado el crecimiento, pero sigue siendo el motor de la economía mundial, alrededor del 30% de la economía se mueve desde los motores de China”, recordó Granados.

Desde 2013, con el ascenso de Xi Jinping al poder, el gobierno chino ha comenzado a cambiar su política exterior con el fin de tener una mayor proyección económica, pero también geopolítica. El gran ejemplo, es la Nueva Ruta de la Seda, un corredor comercial con países de Asia, Europa Oriental y África.

“China en este momento, sobre todo desde que el actual líder —Xi Jinping— afianzó su poder, lo que está tratando de hacer es seguir una política exterior más asertiva, en el sentido que ya quiere mostrar que es una potencia regional y que también ya es un actor global”, indicó la académica del Colmex.

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Con este cambio, China busca decir al mundo que llegó la hora de cambiar el orden internacional y que deben aceptar las nuevas reglas acordes con esta situación, abundó Connely.

Además, gracias a su crecimiento económico, China he tenido un importante desarrolló militar, señaló el experto del ITAM.

“Hay una carrera armamentista innegable. China cuenta con un arsenal nuclear que no se compara con el estadounidense, pero ha avanzado bastante. La proyección militar de China en sus zonas aledañas es importante”, dijo Granados.

Sin embargo, hay un segundo grupo en Estados Unidos, formado principalmente por académicos y políticos más moderados, que aconseja a Trump actuar con calma frente al gigante asiático, pues no es una amenaza para su poder.

“Hay un grupo también en Estados Unidos, sobre todo de académicos, (...) diciéndole (a Donald Trump) que no caiga en la trampa que pensar que China realmente es ya una potencia que quiere disputar la hegemonía a nivel internacional y que piense que en estos momentos sea la conciliación la que guíe la relación entre China y Estados Unidos”.

Una guerra que no le conviene a China

Ambos especialistas coincidieron en que si alguno de los dos jugadores apostará todas sus fichas para no irse a un conflicto militar, ese será China, pues va en contra de sus objetivos a largo plazo.

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“Los líderes chinos no quieren una guerra con Estados Unidos porque saben que todavía no están preparados. y precisamente los de línea dura en Estados Unidos están diciendo lo contrario, están diciendo que China ya está preparada para tener una guerra con Estados Unidos y que nada más está esperando la coyuntura precisa para hacerlo”, indicó Connelly.

La graduada de la Universidad de Columbia asegura que el liderazgo chino es pragmático y está consciente del poderío militar de Estados Unidos, que rebasa por mucho al que Beijing posee.

“Xi Jinping es consciente de las limitaciones que todavía tiene China. Por eso hemos visto desde el lado chino que haya una conciliación, que tratan de que se resuelvan los problemas que hay con Estados Unidos a mediante el diálogo”, explicó la profesora del Colmex.

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Por su parte, Granados explica que una guerra con Estados Unidos puede afectar el propio proyecto de desarrollo de China hacia 2049, por lo que Xi evitará a toda costa una confrontación directa.

“China, como una potencia emergente, como una superpotencia emergente, necesita utilizar toda la arquitectura neoliberal que existe actualmente en el mundo, creada por los Estados Unidos, para convertirse en una nación poderosa. Entonces, sería darse un tiro en el pie”, afirmó el académico.

A diferencia de Donald Trump, quien tiene la vista puesta en las elecciones del próximo año, Xi posee una visión mucho más estratégica. Por esta razón, el comportamiento del presidente Trump puede ser más preocupante, de acuerdo con el investigador itamita.

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“A mí me preocupa más la postura del presidente Trump porque su estilo de gobernar es bastante impredecible, él en algún momento se puede pelear con líderes de la Unión Europea puede felicitar al líder Kim Jong Un que es un genocida. No se sabe cómo va a actuar”, subrayó Granados.

Puntos complicados

Hay algunos puntos en los que China no está dispuesto a ceder y que pueden hacer que la conflictividad con Washington crezca. Uno de ellos en mantener su integridad territorial, por lo que que Taiwán se convierte en un factor clave en la relación bilateral de ambos países.

“Eso no quiere decir que China no quiera defender, no pueda o esté dispuesta a defender sus intereses centrales globales. Uno: mantener la integridad territorial, entonces no puede ceder a una independencia de Taiwán”, señaló Granados.

Justo en estos momento gobierna la isla el Partido Democrático Progresista, una agrupación política que siempre ha estado en contra de que se realice la unificación de la República Popular China.

Hasta antes el gobierno de Barack Obama, Estados Unidos había sido respetuoso del principio de una sola China. Pero desde 2017, cuando Trump tomó posesión del cargo, comenzó un acercamiento con la isla, que busca desprenderse del control de Beijing.

Connelly aseguró que hay una corriente en el Congreso de los Estados Unidos para que el país estreche su relación con Taiwán, pues ha logrado una democratización de su sistema político.

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“Entonces ellos dicen ‘tenemos que ayudar más a Taiwán’ ¿Y qué ha hecho el congreso? Pues aprobar más legislación relativa a que se dé esa situación a que funcionarios estadounidenses de alto nivel tengan una relación más cercana con sus contrapartes en Taiwán”, añadió la especialista del Colmex.

El gobierno de Donald Trump autorizó informalmente una posible venta de armas cuantiosa a Taiwán que consiste en docenas de jets de combate F-16 nuevos, de acuerdo con funcionarios y otras fuentes que conocen del tema, citados por la cadena CNN.

El Congreso estadounidense recibió una notificación informal sobre la posible venta el 15 de agosto. Se espera que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y la Comisión de Asuntos Exteriores de la cámara baja la revisen y la aprueben.

El Departamento de Estado de Estados Unidos subrayó a la cadena que no se ha notificado formalmente al Congreso, requisito para que pueda anunciarse una venta formal.

Aunque este problema existe, los tambores de guerra entre Estados Unidos y China suenan en este momento solo en el terreno comercial.

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