Putin dijo que Rusia y Turquía acordaron hacer valer "la soberanía y la integridad territorial" de Siria, cosa que pueden vender como un éxito en política exterior.
Otra de las ventajas para Putin es que el gobierno ruso se aseguró de que el gobierno turco negocie directamente con el régimen en Damasco.
El poderío aéreo de Rusia le dio la ventaja a Al Asad en la guerra. Sin embargo, el gobierno turco buscaba un resultado con el que se eliminaría algo que considera una gran amenaza a su seguridad nacional: el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, un grupo separatista kurdo relacionado con las YPG al que tanto Turquía como Estados Unidos consideran grupo terrorista.
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Los kurdos sirios tienen mucho en juego y todavía está por verse cómo se ejecuta el acuerdo al que llegaron Turquía y Rusia. Tampoco se definió en el acuerdo cómo será el trato que Turquía y sus intermediarios darán a las formaciones armadas kurdas que hayan quedado dentro de la nueva zona de seguridad. Cualquier atrocidad en contra de los civiles kurdos será, efectivamente, fracaso del gobierno ruso.
¿Cómo queda Estados Unidos?
El principal perdedor geopolítico en este acuerdo es Estados Unidos. La salida apresurada de las fuerzas estadounidenses que dejó a los kurdos expuestos fue un regalo para Putin: los periodistas rusos paseaban por las bases militares estadounidenses recién abandonadas y aprovecharon al máximo para pintarlo como el momento de la huida precipitada del poder estadounidense.
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El acuerdo del jueves, 23 de octubre, agravó la humillación. Serguéi Shoigu, ministro de Defensa de Rusia, fue quien declaró efectivamente que era hora de que los estadounidenses se fueran de Siria.
Shoigu dijo que Estados Unidos tenía menos de dos horas para cumplir el acuerdo de cese al fuego al que llegaron Erdogan y el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, la semana pasada. El acuerdo expiraba a las 10 p. m. del martes, hora de Moscú. Como parte del acuerdo, Pence dijo que Estados Unidos levantaría las sanciones que le impusieron a Turquía la semana pasada una vez que se lograra un cese al fuego permanente.
El martes por la noche, Shoigu insinuó que los estadounidenses tenían "una hora y treinta y un minutos" para irse de Siria.