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El reto de Boris Johnson será no fragmentar más al Reino Unido

El Partido Conservador quedó rezagado en Escocia, donde el Partido Nacional Escocés domina de la mano de su líder, Nicola Sturgeon.
vie 13 diciembre 2019 12:38 PM
Contra la independencia
Boris Johnson, quien después de todo dirige a los conservadores y al Partido Unionista, ha dicho que no le concederá a Escocia otro referéndum, lo que puede llevar a enfrentarse a Nicola Sturgeon.

Stephen Collinson

Cuando termine de celebrar su victoria aplastante , el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, se dará cuenta de que tiene un problema: algunas de las partes que componen al Reino Unido van en direcciones diferentes.

Aunque el Partido Conservador de Johnson le hizo varios boquetes al muro laborista en el norte de Inglaterra y en Gales —con un desempeño dominante en toda Inglaterra, fuera de Londres—, quedó rezagado en Escocia. Los resultados revierten los avances sorprendentes de 2017 y podrían echar a andar el cronómetro de una bomba de tiempo constitucional.

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Al otro lado del mar, en Irlanda del Norte, el líder del Partido Unionista Democrático (PUD) pro-brexit en Westminster, Nigel Dodds —quien respaldó al gobierno minoritario de los conservadores luego de las elecciones desastrosas de 2017—, perdió su escaño de Belfast del Norte. Otro de los miembros de su partido también perdió y fue una victoria para los electores que quieren quedarse en la Unión Europea.

Johnson va en rumbo de colisión con Nicola Sturgeon, lideresa del Partido Nacional Escocés (PNE), quien dijo que los grandes triunfos de su partido le otorgan el mandato de celebrar un segundo referéndum sobre la independencia. Eso se debe a que la nueva mayoría conservadora indica que el brexit ahora es seguro, así que sacarán a Escocia de la Unión Europea en contra de su voluntad.

Este escenario es una receta para el antagonismo entre el PNE y Londres que podría degenerar en la relación más frágil entre norte y sur desde tiempos de Margaret Thatcher, en la década de 1980.

"Boris Johnson tiene el mandato de sacar a Inglaterra de la Unión Europea. Debe aceptar que yo tengo el mandato de ofrecer un futuro alterno", dijo Sturgeon a la cadena británica BBC.

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Presión independentista

En el sentido político, Escocia e Inglaterra serán países muy diferentes. Eso generará presiones enormes para que el PNE lleve a cabo otro referéndum sobre la independencia.

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No todos los electores que votaron por el PNE necesariamente quieren separarse de Reino Unido. Dado el eclipse del Partido Laborista en Escocia —antiguo bastión y fracaso de los demócratas liberales—, el PNE podría haber sido un refugio para los partidarios de la permanencia en la Unión Europea que no tenían partido.

Las regiones que votaron en contra de la independencia —como Stirling, en la franja central del país—, votaron por el PNE esta vez. En este distrito, privó la impresión de que el voto táctico de los partidarios de los laboristas que se pasaron al PNE ayudó a la derrota del candidato conservador, Stephen Kerr, quien ganó por tan solo 148 votos en 2017.

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La ola del PNE arrasó en todo el país, desde los antiguos astilleros de los alrededores de Glasgow —que alguna vez respaldaron a generaciones de gobiernos laboristas en Londres— hasta los suburbios acomodados de Aberdeen, la capital petrolera del noreste.

Si la independencia fuera simplemente una decisión política, probablemente sería contundente. Pero muchas de las inquietudes económicas que provocaron que Escocia rechazara la oportunidad de ir por su cuenta en el referéndum sobre la independencia —por una diferencia de tan solo el 10%— siguen sin respuesta.

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Además, Johnson, quien después de todo dirige a los conservadores y al Partido Unionista, ha dicho que no le concederá a Escocia otro referéndum y como tiene su gran mayoría, no podrán obligarlo. Pero si el PNE complementa su triunfo extraordinario del jueves, 12 de diciembre, con otra victoria arrasadora en las elecciones al Parlamento escocés, en 2021 —probablemente sobre una plataforma independentista—, las tensiones entre Escocia y Londres podrían volverse insostenibles.

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Pese a todo, el PNE ha estado en el poder desde hace más de una década y tarde o temprano todos los partidos se agotan, se vuelven propensos a los escándalos o pierden a los votantes. Entonces no es imposible que esta racha del PNE represente el cenit del movimiento independentista.

Inestabilidad en Irlanda del Norte

La abrumadora mayoría conservadora también dejará sentir sus efectos en el entorno político tormentoso de Irlanda del Norte. Muchos unionistas consideran que el acuerdo de Johnson para el brexit es una traición y creen que los aísla del Reino Unido porque traza efectivamente una frontera en medio del mar de Irlanda.

También hay quienes temen que el brexit reviva a los fantasmas de los Troubles (los problemas), las décadas de violencia sectaria entre republicanos y unionistas.

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El triunfo de los conservadores también avivará las especulaciones de que en los próximos años, los lazos de la metrópoli con los electores unionistas más jóvenes y más pro-Europa empezarán a disiparse. Al sur de la frontera, Irlanda seguirá siendo parte de la Unión Europea.

Irlanda del Norte ha desempeñado un papel descomunal en la política en Westminster en años recientes dado que el PUD ha tenido mucho que ver con la permanencia de los conservadores en el poder. La mayoría enorme de Johnson implica que no podrá hacerlo todo, menos ignorar las fuerzas políticas que entran en juego en este momento.

Sin importar qué pase después del brexit, ya sean las posibles consecuencias económicas adversas de que Reino Unido se escinda de la Unión Europea o las tensiones en Irlanda del Norte, Johnson será el responsable de lidiar con lo que venga.

Este momento delicado, que pone a prueba los viejos lazos que unen a las partes que componen al Reino Unido, deja ver que aún no es seguro que Johnson pueda mantener la unión.

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