"Romper la cadena de transmisión"
En cuanto al regreso a las oficinas, los franceses deberán seguir trabajando desde sus casas, en los casos en los que sea posible hacerlo, "al menos durante las próximas tres semanas", detalló Edouard Philippe.
Para quienes no pueden hacerlo, el primer ministro pidió a las empresas escalonar los horarios de trabajo para disminuir la presencia simultánea de los trabajadores.
Para limitar los contagios, el uso de mascarillas será obligatorio en los transportes públicos y recomendado en los comercios a partir de la misma fecha.
"Tendremos suficientes mascarillas a partir del 11 de mayo", aseguró Philippe, tras severas críticas sobre la escasez de mascarillas desde el inicio de la epidemia.
Asimismo, el gobierno prevé llevar a cabo 700,000 pruebas por semana a las personas que presenten síntomas de coronavirus y a aquellos con los que estuvieron en contacto.
El objetivo "de esta ambiciosa política de pruebas es poder aislar lo más rápido posible a quienes tengan el virus y romper así la cadena de transmisión", apuntó el primer ministro.
Este aislamiento se hará en los domicilios o en hoteles previstos para ello, añadió Philippe.
En las próximas semanas seguirán prohibidas las reuniones de más de 10 personas, tanto en lugares públicos como privados, las ceremonias religiosas y los entierros con más de 20 personas.
El coronavirus ha matado en Francia a casi 24,000 personas desde inicios de marzo, pero tras 43 días de cuarentena la epidemia se desacelera (367 decesos más en 24 horas el martes frente a 833 el 6 de abril).
En otra señal esperanzadora, el número de personas en cuidados intensivos (4,387) cayó el martes por décimo día consecutivo, con 221 enfermos menos con relación al día anterior.
Con información de AFP y EFE