Diversos estudios han mostrado la existencia de una relación positiva y estadísticamente significativa, de que en cuanto más contracíclica es la política fiscal, menor es la duración de una crisis económica, de igual forma cuanto más contracíclica es la política de gasto, menor es la caída del PIB.
Durante décadas, en el país se buscó garantizar importantes recortes del gasto público para reducir el déficit y esto debilitó el estado de bienestar, lo cual contribuyó a la poca preparación de México para responder ante la pandemia; asimismo, el escaso proceso de diagnóstico y análisis de factibilidad con el cual se instrumentan las políticas públicas en el presente ubican al país necesariamente en una posición de permanente rezago frente a los impactos sociales y económicos del COVID-19.
Para proteger el empleo, los salarios, la seguridad social y sentar las bases para una recuperación inmediata de la economía, se requiere del establecimiento de apoyos a la actividad productiva aumentando el déficit público. El ejemplo nos lo dan otras naciones, tal es el caso de Alemania, el país ha previsto movilizar al menos unos 150,000 millones de dólares; para el caso de Francia se está hablando de 110,000 millones. En el caso de México, la respuesta por ahora ha sido tímida y las medidas anunciadas suman en torno a 27,000 millones.
Apoyar la planta productiva nacional debe ser una prioridad, sobre todo hacia las pymes, las cuales han tenido una drástica reducción de ingresos, que no sólo se deriva del cierre obligatorio decretado por el gobierno, sino también de la falta de la demanda, el alza de la inseguridad o la imposibilidad de llevar a cabo la actividad, aspectos que suponen el mayor obstáculo a los negocios.
Uno de los retos es la reactivación en el dinamismo de la productividad de manera sostenida; por una parte, la productividad agregada aumentaría si la eficiencia al interior de cada empresa se eleva; esto ocurriría, por ejemplo, cuando la innovación y el desarrollo tecnológico se traducen en una mayor capacidad de las empresas para producir más con menos, o si los trabajadores que en ellas laboran se encuentran mejor capacitados.