Las protestas para exigir justicia por el asesinato de George Floyd, un hombre negro de 46 años, a manos de la policía de Minneapolis, tocaron las puertas del presidente Donald Trump. A pesar de que en Washington DC se decretó un toque de queda a partir de las 11:00 pm, miles de manifestantes se congregaron alrededor de la Casa Blanca la noche del domingo exigiendo el fin de la brutalidad policíaca y del racismo.
En desafío a la orden de permanecer en sus casas, los inconformes encendieron hogueras en las zonas adyacentes a la Casa Blanca, incendiaron algunos comercios y atacaron con piedras y otros objetos las fachadas de varios establecimientos. La manifestación frente la residencia presidencial fue dispersada con gases lacrimógenos.