Más de 400 personas recibieron el impacto de estos proyectiles en la cara y quedaron con lesiones oculares y pérdida de visión y globos oculares.
El caso de Gustavo Gatica se convirtió en un símbolo de las protestas y generó una fuerte polémica en el país sudamericano sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de los organismos de orden público.
El caso de Gatica fue el más grave, ya que perdió la visión de ambos ojos, junto al de Fabiola Campillai, quien recibió en su rostro el impacto de una bomba lacrimógena cuando caminaba cerca de una manifestación.
El hermano de la víctima, Enrique Gatica, dijo a Reuters que en la familia estarían "atentos a cómo avanza" el caso.
El director del estatal Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, valoró la detención del ex policía y destacó la repercusión nacional e internacional que ganó el caso de Gatica, junto con la importancia de esta investigación para el devenir en el resto de casos de lesionados oculares.
Por su parte, la directora de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara-Rosas, indicó a través de la red social Twitter que "es crucial" investigar a los mandos superiores de Carabineros "para evitar la impunidad en las violaciones a los DDHH".
Las protestas en Chile se saldaron con al menos 30 fallecidos, 3,000 resultaron heridas y 30,000 detenidos, y diversas investigaciones contra la Policía por acusaciones de abuso de autoridad, detenciones ilegales y torturas.