Esas manifestaciones fueron escalando de tono principalmente cuando multitud de efectivos, con el uniforme reglamentario, armados y con patrulleros, llegaron a rodear ayer el cercado de la residencia del presidente, Alberto Fernández, en la localidad bonaerense de Olivos.
Esto fue repudiado tanto por el oficialismo como por la oposición, al considerarlo un acto intimidatorio contra el jefe de Estado, más allá de la legitimidad de los reclamos, que, aunque en menor grado, fueron contagiándose y provocando manifestaciones por parte de cuerpos policiales de otras provincias.
Sin embargo, la presión les comenzó a rendir frutos. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof anunció este jueves un incremento salarial a las fuerzas policiales de su distrito.
"Vamos a comenzar a equiparar el salario del Policía Bonaerense, con el de la Policía Federal. Vamos a dar pero a pedir también. Vamos a ser muy exigentes", afirmó Kicillof desde la sede de la gobernación.
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Kicllof anunció que el salario neto pasará a ser, para 39,521 oficiales, de 44,000 pesos (12,630 pesos mexicanos), subida que se aplicará de forma proporcional a toda la jerarquía.
Este aumento también implica que los miembros de la policía bonaerense pasarán a obtener 5,000 pesos (1,435 pesos mexicanos) por mes para la compra de uniforme —en vez de los 1,100 actuales— y las horas extra se pagarán a 120 (34.45 pesos mexicanos), en vez de a 40.