Si Italia encabezó el inicio de la primera ola en Europa, España ahora lidera la segunda.
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El descenso y repunte coinciden con el inicio y fin del Estado de Alarma que aprobó el gobierno del presidente Pedro Sánchez. Entre el 14 de marzo y el 21 de junio se prohibió pasear, correr o ir al trabajo. Sólo se pudo salir para comprar, sacar al perro, ir al hospital o trabajar en sectores esenciales.
El descenso de nuevos contagios fue evidente, pero el golpe económico también. El PIB español se desplomó un 18.5% en el segundo trimestre en comparación con el primero de 2020, la mayor contracción que ha sufrido un país europeo. Primero en contagios y en hundimiento económico.
Bienvenidos a la fiesta, el error cometido en España
La reapertura fue tan repentina como el confinamiento. El 21 de junio terminó el Estado de Alarma y se levantaron casi todas las restricciones de movilidad. Bares, restaurantes y discotecas reabrieron.
Las actividades de grupo volvieron a permitirse y muchas familias aprovecharon para reunirse y pasar juntas las vacaciones. El objetivo de los ciudadanos era disfrutar del buen tiempo en compañía.
El virus no se había marchado, sin embargo, salvar la temporada turística era primordial para el gobierno
El turismo es uno de los motores de la economía española —representa un 10% del PIB— y depende mucho de los meses de verano. Millones de extranjeros y españoles inundan cada año la costa en búsqueda de sol, descanso y pasarla bien. Pero 2020 es diferente