La novata senadora de Iowa Joni Ernst, una estrecha aliada de Trump que los demócratas pensaban poder tumbar con un intenso asedio, también defendió su escaño, según las proyecciones de varias cadenas.
"¡Lo logramos!", celebró Ernst en Twitter.
Otro distrito muy disputado está en Carolina del Norte, donde las cadenas de televisión todavía no han declarado a un ganador pero el senador republicano Thom Tillis proclamó su victoria con cerca del 94% de los votos escrutados.
"Lo que logramos esta noche fue una victoria impresionante y lo hicimos en contra de todas las probabilidades", celebró Tillis ante sus seguidores afirmando que hizo su parte para "salvar el Senado".
Los demócratas necesitan desbancar a cuatro republicanos si quieren hacerse con la mayoría, aunque si el candidato presidencial Joe Biden lograra llegar a la Casa Blanca, sólo necesitarían tres escaños nuevos, ya que en caso de que haya un equilibrio 50-50 el vicepresidente ejerce un voto decisivo.
Ahora los demócratas depositan sus esperanzas en Maine y Georgia.
Pero en Maine la senadora republicana Susan Collins llevaba una ventaja de siete puntos, con dos tercios de los conteos; y en Georgia su correligionario David Perdue aventajaba al demócrata Jon Ossoff en 90% de los distritos escrutados.
Si los demócratas lograran ganar una de estas carreras, el control del Senado estaría en un equilibrio hasta una segunda vuelta de una elección especial en Georgia en enero de 2021.
Controlar el Senado es vital en la política de Washington, ya que el partido que tenga la bancada mayoritaria elige las leyes que se votan en el pleno y aquí también se confirman las nominaciones sugeridas por el presidente para cargos importantes.
En resumen, la decepción (al menos momentánea) por los resultados de Biden se contagió también a los demócratas en el Legislativo, que ahora solo les queda aguardar al recuento definitivo.
Con información de AFP y EFE