El ataque fue efectuado en la zona de Absard, en la provincia de Teherán, por un número indeterminado de hombres armados, que abrieron fuego contra el vehículo del científico y llevaron a cabo al menos una explosión.
Fakhrizadeh murió luego a causa de las heridas sufridas, pese a que los médicos hicieran lo posible por reanimarlo.
Se desconoce por el momento la autoría del ataque, pero es inevitable trazar ciertos paralelismos con los asesinatos de otros cinco científicos vinculados con el programa nuclear iraní entre 2010 y 2012 en el país.
De esos asesinatos, perpetrados mediante bombas colocadas en los vehículos de los científicos o con disparos, las autoridades iraníes acusaron al servicio de inteligencia exterior israelí, el Mosad. Las sospechas fueron parecidas esta vez.
"Terroristas asesinaron a un eminente científico iraní hoy (viernes). Esta cobardía —con serios indicios del papel israelí— muestra un belicismo desesperado de sus autores", tuiteó Mohamad Javad Zarif, ministro de Exteriores de la República islámica.
Zariv también instó a la comunidad internacional, especialmente a la Unión Europea, a "cesar sus vergonzosas posiciones ambivalentes y condenar este acto terrorista".
A su vez, el jefe del Estado mayor de Irán, general Mohamad Bagheri advirtió que una "terrible venganza" se abatirá contra quienes se hallan detrás del asesinato del prominente científico.