La medida de Biden se engloba dentro de sus programa de igualdad racial porque, actualmente, los afroamericanos tienen 5.9 más probabilidades de ser encarcelados que sus pares blancos, mientras que los hispanos tienen 3.1 más probabilidades de acabar en prisiones que los blancos, según un informe de la organización por un sistema judicial justo The Sentencing Project.
"Para disminuir los niveles de encarcelamiento, debemos reducir los incentivos para encarcelar basados en las ganancias eliminando gradualmente la dependencia del gobierno federal de los centros de detención de criminales operados por el sector privado", indicó el documento.
De acuerdo con la orden firmada por Biden, el sistema penitenciario en Estados Unidos deberá dar prioridad a la rehabilitación y a la redención. Sin embargo, las cárceles privadas han mostrado un rendimiento inferior constante al de los centro federales con respecto a los servicios, programas y recursos correccionales.
La medida tomada por Biden tiene un alcance limitado para reformar el sistema de justicia penal estadounidense, pues solo 116,000 de los más de dos millones de presos están recluidos en establecimientos privados en 2019, 7% en prisiones estatales y 16% en federales, según el Departamento de Justicia.
Los centros de reclusión privados surgieron en los años 80 en Estados Unidos, cuando el número de reos comenzó a aumentar exponencialmente debido, fundamentalmente, a un recrudecimiento de la lucha contra las drogas.
Con información de AFP y EFE