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El ex ministro de Salud de España es el favorito en las elecciones catalanas

Salvador Illa, quien hasta el lunes lideraba la lucha contra el COVID-19 en España, pasa de enfrentar la emergencia sanitaria a intentar solucionar la compleja crisis política en Cataluña.
mié 27 enero 2021 06:30 AM
Renuncia
La popularidad de Salvador Illa se ha disparado hasta convertirse en el segundo miembro más valorado del gabinete de Sánchez

MADRID- Cataluña tiene previsto celebrar elecciones parlamentarias el 14 de febrero y el favorito es Salvador Illa, el ministro de Salud que había dirigido hasta el lunes la respuesta de España a la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19. De momento, es el candidato más popular según las dos primeras encuestas electorales publicadas por los diarios La Vanguardia y El Periódico.

De enfrentar una enorme emergencia de salud pública, se lanza ahora a intentar atajar una crisis política latente desde octubre de 2017, cuando el gobierno regional buscó independizar a Cataluña de España mediante un referéndum irregular.

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Illa conoce bien los entresijos de la política catalana: ha sido presidente de su municipio La Roca del Vallès (un pueblo de Barcelona) y dirigente del Partido Socialista en Cataluña hasta enero de 2020, cuando el presidente español Pedro Sánchez lo nombró ministro de Sanidad.

Su gestión del COVID-19 ha sido duramente criticada. España, el noveno país con más infectados (2.3 millones) y el décimo con más fallecidos (53,769) del mundo, está sumergida en una tercera ola tras las fiestas decembrinas. Como resultado de las reuniones familiares, los nuevos casos diarios se han disparado y rondan los 40,000 diarios desde el 15 de enero, un 275% más que los 10,654 del 22 de diciembre.

Pero ser, junto con Fernando Simón, la cara más visible del gobierno durante la pandemia ha disparado su popularidad hasta convertirse en el segundo miembro más valorado del gabinete de Sánchez, según un sondeo publicado en octubre por la entidad pública Centro de Investigaciones Sociológicas.

Es un caso similar al de Hugo López-Gatell —el subsecretario de Salud mexicano que ahora suena como posible candidato presidencial de Morena, el partido oficialista, en 2024— ocho meses de centenares de ruedas de prensa han servido a Illa y López-Gatell para acumular capital político a pesar de las críticas. Illa dimitió el lunes 26 de enero para centrarse en las elecciones.

#QuéPasóCon la pandemia al inicio del 2021?

Abierto al diálogo

Illa es un socialista abierto al diálogo, pero crítico con los independentistas. Esa capacidad de negociación quedó patente en enero 2020, cuando formó parte del equipo del Partido Socialista que selló un acuerdo con el partido independentista catalán ERC para que Sánchez fuera presidente de España. Mediante ese acuerdo, ERC aceptaba abstenerse en una votación en el Congreso y el Partido Socialista se comprometía a crear una mesa de diálogo para solucionar el conflicto catalán.

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La negociación apenas avanzó durante 2020. Hubo algunas reuniones a comienzos del año pasado, pero el resto se suspendieron por la pandemia. No obstante, la voluntad de Illa para llegar a acuerdos con sus rivales es uno de los factores que explican su elevada popularidad en Cataluña. Es un hombre reservado que rehúye el radicalismo en las formas y el lodo de las redes sociales.

Sin embargo, el ‘efecto Illa’ probablemente no será suficiente para ganar a ERC, el partido que lidera los sondeos. Una encuesta de estimación de voto de La Vanguardia calcula que ERC recibirá el 24%, el Partido Socialista un 20.5%, Junts un 18.5%, Ciudadanos un 9.7%, el PP un 6.2%, Podem un 6%, la CUP un 4.3%, Vox un 4.1% y PDECat un 2.9%. Ningún partido tendrá mayoría absoluta, por lo que el gobierno de Cataluña volverá a estar conformado por varios partidos. Las posibles combinaciones son:

  • Independentista: ERC, Junts, PDECat, CUP
  • No-independista: Partido Socialista, Ciudadanos, PP, Vox
  • Izquierda: ERC, Partido Socialista y Podem

La región está actualmente gobernada por la coalición independentista Junts y ERC. La causa secesionista es el único pegamento que débilmente une a dos grupos totalmente opuestos. Es como si Morena y el PAN en México se juntaran por una causa: podría funcionar al principio, pero la relación sería insostenible con el paso del tiempo por el diferente ADN ideológico que compone cada partido.

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Mientras que ERC es de izquierda, Junts es una agrupación que surge de la extinta Convergencia, un partido de conservador que estuvo integrado en CiU, formación que gobernó Cataluña durante casi 30 años (1980-2003; 2010-2015). CiU era catalanista pero no-independentista hasta que en 2012 su entonces presidente Artur Mas diese un giro en defensa de la autodeterminación. CiU desapareció en 2015, dejando libre un espacio político conservador-catalanista que ahora ocupan Junts y PDECat.

Cómo convertir a Cataluña en un país es otro factor que divide profundamente a ERC y Junts. Junts apuesta por la confrontación permanente con España, mientras que ERC prefiere abrir la puerta a posibles acuerdos con el gobierno español para tratar de avanzar lentamente hacia la independencia.

Elecciones sin líderes independentistas

El líder de Junts es Carles Puigdemont, quien trasladó su residencia a Bélgica en un intento de dificultar la acción de la justicia española en su contra por haber organizado en 2017 el referéndum irregular. Puigdemont, quien no participará en las elecciones regionales, fue presidente de Cataluña desde enero 2016 hasta octubre 2017, cuando se marchó para complicar una posible extradición a España.

Hasta el momento, los esfuerzos de España para extraditarle han caído en saco roto. En cualquier caso, Puigdemont goza de fuero por ser miembro del Parlamento Europeo desde enero de 2020. Pero pronto podría perder esa inmunidad si el parlamento aprueba un proceso en su contra llamado ‘suplicatorio’ que comenzó a finales de 2020. Se espera que el parlamento decidirá si le quita o no la inmunidad en marzo o abril, fecha posterior a las elecciones de Cataluña de febrero.

El gobierno catalán (de corte independentista) había tratado de posponer la elección al 30 de mayo por la pandemia. Esa fecha podría diluir el ‘efecto Illa’ y movilizar el voto independentista si Puigdemont pierde su fuero y la justicia española pide su extradición. Sin embargo, la fecha de febrero sigue vigente de manera provisional para el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, organismo que está evaluando el posible aplazamiento electoral propuesto por el gobierno regional.

El apoyo al separatismo no ha parado de menguar desde marzo de 2019, según el Centro de Estudios de Opinión, una agencia del gobierno catalán. De los encuestados en noviembre 2020, el 43.6% respalda la independencia y el 49% se opone, unos porcentajes que contrastan con marzo 2019, cuando el 48.4% la apoyaba y el 44.1% se expresaba en contra. En cualquier caso, las encuestas oficiales reflejan una sociedad polarizada que bascula entre dos posturas difícilmente conciliables.

Mientras tanto, cerca de veinte personas han sido acusadas judicialmente por organizar el referéndum irregular de 2017, entre ellos varios miembros del gobierno de Puigdemont. Nueve fueron sentenciados a penas de entre 9 y 13 años de cárcel por sedición y malversación de caudales públicos por el Tribunal Supremo en junio de 2019, lo que entonces provocó una serie de violentas protestas en Barcelona.

Entre los condenados se encuentra el ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras, el político mejor valorado en Cataluña, por delante de Illa y Puigdemont, según La Vanguardia. Junqueras, quien cumple una condena de 13 años de prisión por sedición, es el presidente de ERC y no se presenta como candidato a las elecciones de febrero.

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