El gobierno de coalición con Podemos, cuyo líder Pablo Iglesias ocupará una de las vicepresidencias, promete un giro a la izquierda con medidas como un alza impositiva a los más ricos, regulación de alquileres y la derogación parcial de una reforma liberal del mercado laboral.
Su concreción pone fin a una parálisis iniciada con las elecciones legislativas de abril, que tuvieron que ser repetidas en noviembre al fracasar la formación de un gobierno, pero analistas dudan de que ponga punto final a una inestabilidad crónica instalada en España desde 2015 cuando voló en pedazos el bipartidismo del PSOE y el PP.
¿Un gobierno estable?
El gobierno minoritario de 155 diputados se verá obligado a negociar a múltiples bandos para sacar cada ley en un contexto de polarización.
"El paisaje político sigue siendo complejo. El nuevo gobierno será minoritario, las tensiones en Cataluña pueden exacerbarse de nuevo", señaló Steven Trypsteen, economista del banco ING.
"La desaceleración económica puede ser una traba más para un ejecutivo que, de entrada, ya estará debilitado por el estrecho margen con el que operará", opinó Javier Rivas, profesor de EAE Business School.
Y el nuevo Ejecutivo, cuya composición Sánchez debe oficializar en breve y sostener un primer Consejo de Ministros este mismo viernes, tiene asegurado la oposición sin tregua de la derecha y la extrema derecha.
El conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, que durante el debate de investidura prometió utilizar cualquier "recurso" contra el "gobierno Frankenstein", acusó a Sánchez de ser un "Caballo de Troya para meter en el gobierno a quienes se han conjurado para destruir España tal y como la conocemos hasta ahora".
"Sánchez quiere copresidir un gobierno ilegítimo porque de la mentira y el fraude brutal a los españoles solo puede nacer la ilegitimidad", lanzó Santiago Abascal, jefe del partido de extrema derecha de Vox, convertida en tercera fuerza política.
Con información de AFP y EFE