El pontífice, que quiere evitar despidos, considera que hay que contener los gastos y por eso decidió intervenir "según criterios de proporcionalidad y progresividad" con ajustes que afectan especialmente a los clérigos, religiosos y a los niveles de remuneraciones más altos, precisa Vatican News, el portal de información del Vaticano.
Las cuentas del Vaticano están en rojo por la caída de las donaciones (25%), la pérdida neta de ingresos de los Museos Vaticanos (85%) y las rebajas que tuvo que aplicar en el 2020 a los alquileres de sus locales a empresas en crisis tras el año negro causado por la pandemia.
El Vaticano crea una ley de contratos públicos para luchar contra la corrupción
La curia romana, la administración central de la iglesia católica, que agrupa a 60 entidades al servicio del papa, registró un agujero "del orden de los 90 millones de euros" (108 millones de dólares), en sus cuentas del 2020, frente a un déficit de 11 millones de euros (13 millones de dólares) en 2019.
En total, el Vaticano emplea a casi 5,000 personas, que reciben regularmente sus salarios.
El año pasado, debido a la emergencia sanitaria, la Santa Sede tuvo que recurrir a sus reservas financieras, que estaban bien abastecidas, para poder cubrir las necesidades, sin tener que renunciar a sus numerosos bienes inmuebles.
De este modo compensó una caída del orden del "20 al 25%" de sus ingresos en 2020, que probablemente se repetirá en 2021, explicaron fuentes vaticanas.
El papa recibe en el Vaticano al presidente argentino Alberto Fernández
Con información de AFP, EFE y Reuters