"Estaban sometidos a una inmensa presión internacional", dice. "No van a deshacerse del tráfico de drogas porque están demasiado atados a él", añade.
Además, los talibanes tendrán ahora acceso a las compañías aéreas, a la burocracia estatal y a los bancos, que podrían utilizar para facilitar el contrabando de drogas y el blanqueo de dinero, explica.
A pesar de las amenazas que plantea el negocio de las drogas ilícitas en Afganistán, los expertos señalaron que Estados Unidos y otros países rara vez mencionan en público la necesidad de abordar el comercio, que según la ONUDD representa más del 80% del suministro mundial de opio y heroína.
"Nos hemos mantenido al margen y, por desgracia, hemos permitido que los talibanes se conviertan probablemente en la organización terrorista no designada con mayor financiación del mundo", dijo un funcionario estadounidense con conocimiento del comercio de drogas en Afganistán.
La política de estupefacientes del nuevo régimen tendrá un impacto en los precios mundiales de la heroína, con repercusiones para los países occidentales, así como para Rusia, Irán, Pakistán y China, todas ellas importantes rutas de contrabando pero también enormes mercados para las drogas afganas.
En los últimos años, los traficantes también han descubierto que una planta comúnmente encontrada en Afganistán, llamada efedra, puede utilizarse para crear un componente clave de la metanfetamina, más conocida como “cristal".