Sobre el patrimonio, fuente de inquietud tras la destrucción de las estatuas de Buda por los islamistas en Bamiyán en 2001, los talibanes no han hecho ninguna declaración oficial desde febrero, cuando aseguraron querer preservarlo.
¿Y el deporte?
Bajo el primer régimen talibán, algunos deportes eran autorizados, pero bajo estricto control: solo los hombres podían jugar o asistir a los partidos.
El nuevo jefe de deportes del gobierno, Bashir Ahmad Rustamzai, afirmó a la AFP a mediados de septiembre que los afganos podrían hacer "hasta 400 deportes", "permitidos por las leyes del islam”.
Pero se mostró menos claro sobre el tema de las mujeres. Las declaraciones de otros miembros del movimiento hacen sin embargo temer a deportistas y atletas mujeres un paso atrás. Muchas de ellas han huido y se han refugiado en el extranjero.
¿Y la economía?
Es uno de los desafíos más urgentes para el régimen talibán. La economía del país sale exangüe de décadas de guerra y la suspensión de la ayuda internacional puede sumir al país en una catástrofe económica y humanitaria.
El programa talibán es muy vago. "Vamos a trabajar nuestros recursos naturales para redinamizar nuestra economía (...)" se limitó a decir su portavoz.
Se ignora de momento cómo los talibanes van a encontrar medios para pagar los sueldos de los funcionarios y mantener en marcha las infraestructuras vitales (agua, electricidad, comunicaciones).
En todo caso el nuevo régimen asegura haber acabado con la corrupción, tan presente en el gobierno precedente.
Los talibanes advirtieron que cualquier insurrección sería "duramente reprimida", un mensaje dirigido a las fuerzas de resistencia del Panshir. También dijeron que erradicarán a la rama local del grupo yihadista Estado Islámico, sin más precisiones.
Respecto a la droga, Mujahid afirmó que las nuevas autoridades no transformarían al primer productor mundial de opio en un narco-Estado.
Con información de AFP