"Este invierno, millones de afganos se verán obligados a elegir entre migrar o morir de hambre, a menos que podamos intensificar nuestra ayuda para salvar vidas", señaló David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en un comunicado emitido conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La crisis en Afganistán ya supera las que enfrentan Yemen o Siria y es peor que cualquier emergencia de inseguridad alimentaria exceptuando a la República Democrática del Congo, indicaron responsables de estos organismos a la AFP.
"Afganistán se encuentra ahora entre las peores crisis humanitarias del mundo, si no la peor, y la seguridad alimentaria casi se ha colapsado", aseguró Beasley en un comunicado.
"Estamos en la cuenta atrás hacia una catástrofe y, si no actuamos ahora, tendremos un desastre total en nuestras propias manos", prosiguió Beasley.
Según el comunicado emitido por el PMA y la FAO, uno de cada dos afganos se enfrenta a una fase 3 de "crisis" o una fase 4 de escasez de alimentos de "emergencia".
La fase 4 está un paso por debajo de la hambruna. Los funcionarios subrayaron que el país, que ya lucha por salir de una guerra civil de 20 años, afronta su peor invierno en una década.
Ante la grave crisis, el director general de la FAO indicó: "Es urgente que actuemos de manera eficiente y eficaz para acelerar y ampliar nuestra entrega en Afganistán antes de que el invierno colapse una gran parte del país, con millones de personas —incluidos agricultores, mujeres, niños y ancianos— pasen hambre en el gélido invierno".
En agosto, los talibanes islamistas derrocaron al régimen respaldado por Estados Unidos y declararon un gobierno interino, prometiendo restaurar la estabilidad.
Pero los talibanes sufren una serie de sanciones internacionales y una campaña de sangrientos ataques por el grupo terrorista Estado Islámico, mientras que el cambio climático ha provocado que los periodos de sequía de Afganistán sean más frecuentes e intensas.