El demócrata Eric Adams, un ex capitán de la policía neoyorquina que hizo de la lucha contra el racismo una máxima en su vida, se convirtió este martes en el nuevo alcalde de Nueva York y el segundo negro en gobernar la mayor ciudad de Estados Unidos.
Con el 78% de los votos escrutados, Adams, de 61 años, lideraba el recuento con el 66,5%, frente al 28,8% de su rival, el republicano Curtis Sliwa.
Adams, de 61 años, es uno de los seis hijos de una madre soltera en el barrio de South Jamaica, en Queens.
Su historia de origen político, que ha utilizado a menudo para trazar su trayectoria, comienza con su arresto a los 15 años, y la agresión de un agente mientras estaba detenido.
Más tarde, siendo él mismo agente, protestó contra la violencia policial y promovió la reforma de la “cultura” desde dentro de las filas. Formó 100 Blacks in Law Enforcement Who Care para hacer campaña contra los perfiles raciales.
Se retiró de la policía de Nueva York en 2006, tras 20 años en el cuerpo, para presentarse a un escaño en el Senado estatal, donde representó a partes del centro de Brooklyn en Albany hasta 2013. Después fue elegido como el primer hombre afroamericano que representaba a Brooklyn como presidente del distrito.
Desde 1997 hasta 2001, se registró para votar como republicano, aunque siguió una plataforma demócrata más tradicional como senador estatal en Albany, donde apoyó los esfuerzos hacia la igualdad de matrimonio en 2009 y 2011.
Con una reputación tanto de oportunista engreído como de ejecutivo meditabundo, Adams ha hecho campaña como “el candidato del pueblo” y como neoyorquino “moderado” conectado con la vida de los trabajadores.
Pero también se ha asegurado el apoyo de los jefes del Partido Demócrata, de los promotores inmobiliarios, de los sindicatos y de otros políticos poderosos, con un fondo de campaña que ascendía a casi 8 millones de dólares cuando se abrió la votación anticipada, según la Junta de Financiación de Campañas de la ciudad de Nueva York.
En el marco de su campaña proempresarial, que ha tratado de atraer a las grandes empresas tecnológicas y hacer crecer el floreciente sector tecnológico de la ciudad, Adams también ha recibido el apoyo de los sindicatos de policías y bomberos, así como del consejo editorial del derechista New York Post de Rupert Murdoch, con el que también cenó a principios de este año.
Entre 2015 y 2019, mientras era presidente del distrito de Brooklyn, Adams también cosechó al menos 322,750 dólares en donaciones a su organización One Brooklyn Fund o a sus campañas políticas por parte de grupos de presión y promotores que también apelaban a su oficina para obtener favores, según un análisis de The City.
Durante la pandemia, instaló una residencia temporal en su oficina del Brooklyn Borough Hall, un punto que ha sacado a relucir en los debates para demostrar su compromiso con la ciudad durante la crisis de salud pública.
También posee una casa en Brooklyn y un apartamento en Nueva Jersey, aunque los periodistas han intentado repetidamente obtener una respuesta más clara sobre dónde vive realmente a tiempo completo. En respuesta, Adams ofreció una rueda de prensa y una visita a su domicilio de Brooklyn.
El político demócrata ha hecho del antirracismo una de sus banderas.
Adams ha aprovechado su experiencia como antiguo agente de policía para contrastar con su oponente, al que se ha criticado por liderar un grupo de “vigilantes” durante décadas, en su enfoque de la lucha contra la delincuencia.
Ha propuesto un retorno limitado de los tan denostados esfuerzos de “stop and frisk” y la reinstauración de una unidad policial encubierta de paisano —que fue disuelta en 2020 tras una serie de tiroteos mortales y quejas de civiles— para perseguir a “las bandas y las armas”.
El ex policía apoya el actual plan de la ciudad para cerrar el complejo de Rikers Island en 2026 y sustituirlo por una red de cárceles con base en el distrito, tras una creciente crisis humanitaria en la cárcel.
Adams —que está vacunado contra el COVID— también mantendría los recientes requisitos de vacunación para los trabajadores de la ciudad y las fuerzas del orden, diciendo durante un reciente debate que “nunca podemos volver a lo que éramos cuando el COVID golpeó la ciudad”.
Con unas 48,000 personas sin hogar en una noche determinada en Nueva York, entre ellas casi 15,000 niños, Adams propone convertir los hoteles infrautilizados de los barrios periféricos en alojamientos permanentes de habitación individual, poniendo en marcha unas 25,000 habitaciones.
Con información de AFP
