Ayala llamó a Cálix, uno de los disidentes, a subir a la mesa de la directiva y lo juramentó. En medio de gritos de "traidores" y "Xiomara", siete diputados leales a Castro subieron a agredir a Cálix y lo obligaron a huir.
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El diputado de Libre Rasel Tomé denunció que Ayala, quien pertenece al oficialista Partido Nacional (PN, derecha), "ilegalmente le cedió la palabra" al grupo de disidentes que "traicionaron el mandato que el pueblo dio a Xiomara Castro" en las elecciones pasadas.
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Ayala dijo a una televisora local que la elección de Cálix "fue acompañada por 83 firmas".
Para la elección de la directiva de Congreso se requieren 65 escaños.
Con Cálix en la presidencia del Congreso, el Partido Nacional, habiendo sido derrotado en las urnas, "logra maniobrar y lograr el control del Congreso Nacional", dijo a la AFP el analista y profesor de la Universidad Nacional Eugenio Sosa.
"Se corre el riesgo de una ingobernabilidad, de enfrentamientos de poderes", producto "de una amalgama siniestra de crimen organizado (y) redes de corrupción para mantener la impunidad", agregó.
Traición contrarrevolucionaria"
El dirigente de Libre, Gilberto Ríos, declaró a la AFP que detrás de los 20 diputados están "el crimen organizado, el poder financiero, el narcotráfico y los equipos que saquean los recursos del Estado", que quieren frenar los proyectos de Castro contra la corrupción y la impunidad.