Esa declaración no convence a todo el mundo, pues permite interpretaciones encontradas. El analista Pineda, por ejemplo, asegura que “actualmente, no se percibe a Xiomara Castro como figura política independiente de su esposo”. Sin embargo, en conversación con CONNECTAS acepta que “puede llegar a perfilarse así si se rodea de su propio equipo de gobierno, y mantiene un rol con alguna distancia del ex presidente Zelaya”.
Pero la nueva mandataria no parece muy comprometida con ese distanciamiento ya que su marido será asesor presidencial. Como si fuera poco, su hijo Héctor manejará el partido y coordinará la transición, mientras su hija Hortensia, la ‘Pichu’, será diputada y el hermano de Manuel, Carlon Zelaya, repetirá como diputado, indica El País.
Este escenario ya conocido en la región, como en Nicaragua con los Ortega o en Venezuela con Nicolás Maduro, ha encendido las alarmas de los opositores, que ven a Castro como una figura de repuesto para consolidar el retorno de la izquierda. ¿Podría abrir un nuevo capítulo de polarización en América Central? Es muy pronto para decirlo.
Entre tanto, los hondureños le entregaron a Xiomara Castro sus esperanzas de cambio tras muchos años de gobiernos marcados por la corrupción y la indiferencia a las necesidades reales de la población. Por eso, desde el mismo 27 de enero, fecha de su posesión, comenzarán a medir su capacidad de llenar esas expectativas. La primera presidenta de Honduras tiene en sus manos cumplir esa enorme responsabilidad sin poner en peligro la estabilidad democrática del país.
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* Miembro de la mesa editorial de CONNECTAS