"Este es un Gobierno cristiano que defiende a la familia, respeta a las Fuerzas Armadas y al pueblo", declaró ante cientos de personas durante la inauguración de unas obras en el aeropuerto de Passo Fundo, en el interior del estado de Río Grande do Sul.
En claro tono electoral, también minimizó las encuestas que le atribuyen un claro favoritismo al progresista Lula, que tiene una intención de voto superior al 40% frente al 30% de los apoyos que suma Bolsonaro.
"Quien cree en encuestas, también cree en Papá Noel", dijo el líder de la ultraderecha, quien volvió a valorar las políticas de su Gobierno que han facilitado el acceso de los civiles a las armas, a fin de facilitar la "autodefensa" contra la delincuencia.
"Facilitamos la compra y en los últimos tres años se duplicó la venta de armas" en el país, sostuvo Bolsonaro, quien aseguró que con eso no hizo más que hacer realidad "las ansias" de la sociedad.
"Un pueblo armado jamás será esclavizado", reiteró el mandatario, capitán de la reserva del Ejército, quien se mostró convencido de que, con esas armas, los brasileños "podrán reaccionar a cualquier dictador de turno que quiera robarle la libertad" al país.
"Esa es una reserva. El mayor Ejército que tenemos es el pueblo brasileño", declaró.
En su discurso, también reiteró sus ataques al Grupo Globo, el mayor conglomerado de medios de comunicación del país, que al igual que buena parte de la prensa es objeto de ataques del Gobierno casi a diario.
"Esa porquería de Globo no sirve para nada", afirmó Bolsonaro, y apuntó que ese grupo "ni puede compararse" a la "basura", pues esta "es reciclable".