Según el presidente colombiano, Iván Duque, Otoniel es "un asesino de líderes sociales, abusador de niños, niñas y adolescentes, asesino de policías y uno de los más peligrosos criminales del planeta", "solamente comparable con Pablo Escobar", el barón de las drogas abatido en 1993.
Hasta entonces, comandaba el Clan del Golfo, responsable del 30% (unas 300 toneladas) de las exportaciones de cocaína del mayor productor mundial de esa droga.
Estados Unidos, mayor consumidor de la droga que exporta Colombia, acusa a Otoniel y su organización de ingresar al menos 73 toneladas de cocaína en su territorio entre 2003 y 2012.
"Regresará"
La justicia colombiana también lo acusa de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, entre otros crímenes que cometió cuando fue guerrillero y paramilitar, antes de convertirse en el narco más buscado de Colombia.
Las víctimas habían solicitado la "suspensión" de la extradición, alegando su derecho a conocer la verdad y a ser reparadas. Pero la justicia colombiana dio luz verde a su traslado el miércoles, según informó la defensa de Úsuga a la AFP.
"Este bandido fue extraditado para cumplir las penas de narcotráfico en los Estados Unidos. Pero quiero dejar claridad que, una vez cumpla esas condenas, regresará a Colombia a pagar por los crímenes que cometió en nuestro país", señaló Duque.
Con un contingente de unos 1,600 hombres, el Clan del Golfo tiene presencia en casi 300 (de los 1.100) municipios, según el centro de estudios independiente Indepaz.