Gustavo Petro
Antes de la primera vuelta, Petro explotó sus dotes de orador en las cien plazas públicas que visitó. Su propuesta incluye ambiciosas y complejas reformas para, por ejemplo, robustecer el Estado, cesar la exploración petrolera en favor de fuentes renovables de energía y cambiar el sistema de pensiones.
"Cuando se subía en una tarima y hablaba hora y media con la gente lo que hacía era profundizar a fondo su modelo económico, el tratamiento del campo (…) y eso se vuelve un poco sofisticado", reconoce Alfonso Prada, jefe de debate del izquierdista.
Ante el ascenso de Hernández, que sorpresivamente recibió el 28% de los apoyos, su estrategia de comunicación dio un golpe de timón para contrarrestar el lenguaje sencillo y efectista de su contrincante.
"Nuestro defecto era (el de) no ser capaces de transmitir con más sencillez en el lenguaje a la población colombiana", agrega Prada en diálogo con la AFP.
Petro dejó la tarima y las grandes movilizaciones para multiplicar sus entrevistas con medios y grabar piezas de propaganda con un pescador, mineros o artesanos.
Un Petro durmiendo en casa de pobladores pobres, metido en la cocina o en cultivos de caña y hasta jugando fútbol suavizó la imagen del político rígido e intelectual de la primera parte de la contienda.
"Tenemos un Gustavo Petro y una Francia Márquez (candidata a la vicepresidencia) que comunican más sencillo, que hablan mucho más directo", según el estratega.