Advirtieron que las ejecuciones podrían acelerarse si la comunidad internacional no reaccionaba.
"Actos perversos”
Es probable que las ejecuciones agraven el aislamiento internacional de los militares birmanos, que se hicieron con el poder por la fuerza el 1º de febrero de 2021 bajo pretexto de un supuesto fraude en las elecciones del año anterior, en las que el NLD arrasó.
"Estos actos perversos deben marcar un punto de inflexión para la comunidad internacional. El statu quo de la inacción internacional debe rechazarse con firmeza", reaccionó Tom Andrews, relator especial de Naciones Unidas sobre derechos humanos en Myanmar, en Twitter.
Las ejecuciones han sido condenadas por Estados Unidos, Japón y Francia, que describió una "nueva etapa en la escalada de las atrocidades".
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que la decisión era una "flagrante violación del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las personas".
La directora para Asia de la ONG Human Rights Watch, Elaine Pearson, pidió a la comunidad internacional "mostrar a la junta que habrá una rendición de cuentas por sus crímenes".
Según una ONG local, más de 2,000 civiles murieron y más de 15,000 fueron detenidos desde el golpe de Estado.
Entre los detenidos figura Aung San Suu Kyi, exdirigente y premio Nobel de la Paz de 77 años, que se enfrenta a varios cargos que pueden totalizar hasta 150 años de prisión.