Sin embargo, los escándalos de corrupción y la mala gestión económica de su sucesora empañaron el legado de Lula. La profunda polarización, el envejecimiento de la población activa y una mayor carga de deuda pública harán casi imposible que vuelva a ser tan popular.
¿Por qué importan los triunfos de las izquierdas en América Latina?
Aunque las repercusiones internas aún no han terminado, el sesgo progresista de América Latina —que también incluye a los presidentes electos de México, Argentina y Bolivia— ha reconfigurado la diplomacia regional.
Muchos líderes de izquierdas han adoptado una actitud más amistosa hacia los gobiernos autoritarios de Venezuela, Nicaragua y Cuba, lo que dificulta la presión de Estados Unidos y sus aliados.
Mientras que el chileno Boric ha rechazado los abusos a los derechos humanos bajo el mandato del presidente venezolano Nicolás Maduro, tanto Petro como Lula se han mostrado ansiosos por restablecer los lazos diplomáticos con Caracas.
Las simpatías ideológicas de la región se pusieron de manifiesto en diciembre, cuando el expresidente izquierdista de Perú, Pedro Castillo, intentó disolver el Congreso antes de que este lo destituyera en una votación.
Los gobiernos de México, Colombia, Argentina, Bolivia y Honduras condenaron la destitución de Castillo, que algunos calificaron de "golpe" El Departamento de Estado de Estados Unidos dio la "bienvenida" al nombramiento de su sucesora, la presidenta Dina Boluarte.