Líderes de la Iglesia católica de Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países instaron a los fieles en las redes sociales a unirse a las oraciones por Benedicto, que fue Papa durante casi ocho años antes de retirarse.
"Esta mañana he recibido la noticia de que hay una gran preocupación en Roma por la salud del Papa emérito. Por eso queremos incluirle especialmente en nuestras oraciones", dijo a los fieles el cardenal alemán Reinhard Marx, arzobispo de Munich.
El cardenal Matteo Zuppi, jefe de la Conferencia Episcopal Italiana, pidió a los italianos que tuvieran presente a Benedicto XVI "en este momento de sufrimiento y prueba".
Hasta hace unas semanas, quienes habían visto a Benedicto afirmaban que su cuerpo estaba muy frágil, pero su mente aguda.
Una de las últimas fotografías que se conocen de Benedicto fue tomada el 1 de diciembre, cuando se reunió con los ganadores de un premio para teólogos que lleva su nombre. Estaba sentado y parecía excepcionalmente débil.
Desde su renuncia, Benedicto vive en un antiguo convento dentro de los jardines del Vaticano, con su secretario, el arzobispo Georg Ganswein, y algunos otros colaboradores y personal médico.