Los expertos coinciden en que Rusia prepara una ofensiva de gran envergadura para finales del invierno o inicios de la primavera, con el objetivo al menos de conquistar la totalidad del Donbás, que actualmente está ocupada parcialmente por las fuerzas de Moscú.
Cerca de Bajmut, la artillería continuó bombardeando posiciones rusas el martes, según reporteros de AFP que escucharon detonaciones frecuentes.
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La caída de Bajmut, escenario durante varios meses de combates mortíferos, abriría el camino a una ofensiva rusa hacia Kramatorsk, la principal ciudad del Donbás bajo control ucraniano.
Unos 150 kilómetros más al sur, las fuerzas rusas siguen la ofensiva en Vugledar, cerca de un cruce ferroviario que conecta con el este y con el sur ocupado.
En el norte de Donbás, los rusos también presionan a su adversario, en un área reconquistada por Kiev en septiembre.
Sergey Solomon, un trabajador de la construcción ucraniano de 31 años convertido en soldado, confirma que las fuerzas ucranianas corren el riesgo de ser superadas en armamento por las de Moscú.
"Los rusos tienen tanques, transportes blindados de personal, Grad [cohetes], todo lo que puedas imaginar”, dice. "Tenemos equipo, pero no mucha munición", asegura.
Ante insistencia del gobierno ucraniano y después de haber postergado la decisión durante mucho tiempo por temor a provocar una escalada, estadounidenses y europeos decidieron recientemente enviar decenas de tanques pesados para que Ucrania pueda hacer frente a la ofensiva rusa.
Sin embargo, su número se mantiene por debajo de las expectativas de Kiev. Y los occidentales continúan negándose a entregar aviones de combate.
Estados Unidos, por otro lado, prometió las armas con un alcance de hasta 150 km, que Ucrania exige para poder atacar los depósitos de municiones rusos y las líneas de suministro alejadas del frente.