Estas tendencias preocupantes provocaron una advertencia en enero del primer ministro Fumio Kishida de que Japón está "al borde de no poder mantener las funciones sociales".
"Al pensar en la sostenibilidad y la inclusión de la economía y la sociedad de nuestra nación, colocamos el apoyo a la crianza de los hijos como nuestra política más importante", dijo, y agregó que Japón "simplemente no puede esperar más" para resolver el problema de su baja tasa de natalidad.
En abril se establecerá una nueva agencia gubernamental para centrarse en el tema, y Kishida dijo en enero que quiere que el gobierno duplique su gasto en programas relacionados con los niños.
Factores que influyen en la tasa de natalidad
Pero el dinero por sí solo podría no ser capaz de resolver el problema múltiple, con varios factores sociales que contribuyen a la baja tasa de natalidad.
El alto costo de vida de Japón, el espacio limitado y la falta de apoyo para el cuidado de los niños en las ciudades dificultan la crianza de los hijos, lo que significa que menos parejas tienen hijos. Las parejas urbanas también suelen estar lejos de la familia extendida en otras regiones, que podrían ayudar a brindar apoyo.
En 2022, Japón fue clasificado como uno de los lugares más caros del mundo para criar a un niño, según una investigación de la institución financiera Jefferies. Y, sin embargo, la economía del país se ha estancado desde principios de la década de 1990, lo que significa salarios bajos y poca movilidad ascendente.