La compañía Avianline Charters's, propietaria de la aeronave accidentada, coincide con la versión del ICBF y asegura que los menores podrían estar a mitad de camino debido a tormentas eléctricas en la zona que dificultan la navegabilidad del río.
"En este momento no hay otra prioridad diferente a la de avanzar con la búsqueda hasta encontrarlos. La vida de los niños es lo más importante", insistió Petro.
Durante las operaciones de rescate los soldados habían encontrado un "refugio construido de manera improvisada con palos y ramas", por lo que sospechaban que por lo menos hay un sobreviviente.
Unas tijeras, ligas de cabello, zapatos, ropa y un biberón ubicados en medio de ramas de la selva sirvieron como indicio para los uniformados.
También hallaron "frutos propios de la selva mordidos", según dijo a la AFP Germán Camargo, director de Defensa Civil en el departamento del Meta, desde donde se coordinaron las labores de búsqueda.
Árboles gigantescos de hasta 40 metros, animales salvajes y fuertes lluvias dificultaban la búsqueda.
La Fuerza Aérea se sumó a la denominada "Operación Esperanza" con tres helicópteros que sobrevolaron durante días la selva tupida.
Uno de ellos llevaba un parlante "capaz de cubrir un área de cerca de 1.500 metros" con un mensaje grabado por la abuela de los menores. En lengua huitoto, la mujer indicaba a sus nietos que los estaban buscando y les pedía no seguir avanzando por la selva.
Las autoridades no han informado las razones del vuelo de la familia aborigen. Según la prensa local el séptimo pasajero era un líder de esa comunidad.
En esa región de difícil acceso por río y sin carreteras los pobladores suelen viajar en vuelos privados.
Según la Organización Indígena de Colombia (ONIC), los huitotos viven en "armonía" con las condiciones hostiles de la Amazonía y conservan tradiciones como la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres.
El piloto reportó problemas en el motor de la aeronave minutos antes del siniestro, de acuerdo con el cuerpo oficial de atención de desastres.