Por su parte, Pogue observó que muchas de las piezas del sumergible "parecían improvisadas". Sin ir más lejos, la nave está controlada por un mando de videojuego, cuyo diseño se asemeja a uno de los característicos controles de Xbox o PlayStation. El mismo CEO de OceanGate detalla en un video que tienen dos controles de repuesto, "por si acaso".
Reiss describió la travesía como "un coche que conduces borracho por el océano".
Sin radio y sin GPS, los tripulantes cuentan con 96 horas de oxígeno. Este miércoles, al sumergible solo le quedan entre 9 y 11 horas de oxígeno tras su desaparición el domingo, por lo que los equipos de rescate trabajan contra reloj y los viajeros tienen "raciones limitadas" de comida.
Por si fuera poco, si el sumergible permanece mucho tiempo en el fondo del mar, los tripulantes se enfrentan a temperaturas muy bajas con un frío apenas superior al punto de congelación y con posibilidad de desarrollar hipotermia.
Pogue apuntó que en el viaje "estás por tu cuenta" y solo hay una vía de salida: "No hay refuerzos, no hay vía de escape, es llegar a la superficie o morir.”
Advertencias del peligro
Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, baraja dos hipótesis sobre el paradero del Titán.
La nave, a la que le quedan entre 9 y 11 horas de oxígeno, podría haber sufrido un problema eléctrico o de comunicaciones, lo que no le hubiera impedido subir a la superficie y la otra es que el casco estuviera dañado, con lo que las esperanzas de encontrar a los cinco pasajeros vivos se disiparían.