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Sin GPS y con un control de PlayStation, ¿cómo es el sumergible Titan?

Varios expasajeros de la embarcación, perdida desde el domingo en una exploración para ver el Titanic, explican que el viaje previsto en 10 horas presenta varias incomodidades y peligros.
mié 21 junio 2023 07:46 PM
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En 2018, un grupo de líderes de la industria de sumergibles escribió a OceanGate advirtiendo que el enfoque "experimental" para el desarrollo del submarino podría resultar en problemas "menores a catastróficos".

Titan, el sumergible que transportaba a cinco pasajeros a la zona del naufragio del Titanic en el Atlántico Norte, lleva desaparecido desde el domingo. Subir a bordo de esta nave implica aceptar ciertas incomodidades a lo largo de las aproximadamente diez horas que debería haber durado el viaje.

El tamaño del interior del sumergible de la empresa OceanGate se parece al de una "minifurgoneta", contó en su podcast Mike Reiss, un escritor y productor que trabajó en Los Simpsons y emprendió este mismo viaje el año pasado.

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En cada inmersión, los cinco tripulantes —el piloto y los cuatro pasajeros— son obligados a descalzarse y sentarse con las piernas cruzadas en el mismo suelo, ya que no hay asientos, para caber en el cilindro de 670 centímetros de largo.

Dentro de la nave solo hay una ventanilla para poder ver el exterior "por turnos", explicó a la radio pública estadounidense NPR el periodista del canal CBS David Pogue, quien también fue pasajero del Titan en noviembre.

Aun así, también se puede ver lo que hay alrededor a través de unas pantallas que conectan con cámaras en la superficie del aparato.

Asimismo, el Titan cuenta con una cortinilla negra que separa la letrina del espacio donde se sientan los tripulantes: El váter es una pequeña caja negra, tal y como se observa en uno de los vídeos donde el CEO de OceanGate, Stockton Rush, explica el funcionamiento del sumergible.

Rush viaja como piloto del artefacto y es una de las cinco personas que se encuentra actualmente a bordo de él.

Reiss recuerda que antes del viaje los pasajeros tienen que firmar un "largo documento de renuncia que menciona la posibilidad de muerte tres veces en la primera página".

Por otro lado, también habla de que en el aparato suele haber sándwiches y agua disponibles para los viajeros. Sin embargo, Reiss afirma que muchos de los visitantes le han dicho que no comen durante el trayecto por la emoción, por lo que nunca usan el "retrete".

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Por su parte, Pogue observó que muchas de las piezas del sumergible "parecían improvisadas". Sin ir más lejos, la nave está controlada por un mando de videojuego, cuyo diseño se asemeja a uno de los característicos controles de Xbox o PlayStation. El mismo CEO de OceanGate detalla en un video que tienen dos controles de repuesto, "por si acaso".

Reiss describió la travesía como "un coche que conduces borracho por el océano".

Sin radio y sin GPS, los tripulantes cuentan con 96 horas de oxígeno. Este miércoles, al sumergible solo le quedan entre 9 y 11 horas de oxígeno tras su desaparición el domingo, por lo que los equipos de rescate trabajan contra reloj y los viajeros tienen "raciones limitadas" de comida.

Por si fuera poco, si el sumergible permanece mucho tiempo en el fondo del mar, los tripulantes se enfrentan a temperaturas muy bajas con un frío apenas superior al punto de congelación y con posibilidad de desarrollar hipotermia.

Pogue apuntó que en el viaje "estás por tu cuenta" y solo hay una vía de salida: "No hay refuerzos, no hay vía de escape, es llegar a la superficie o morir.”

Advertencias del peligro

Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, baraja dos hipótesis sobre el paradero del Titán.

La nave, a la que le quedan entre 9 y 11 horas de oxígeno, podría haber sufrido un problema eléctrico o de comunicaciones, lo que no le hubiera impedido subir a la superficie y la otra es que el casco estuviera dañado, con lo que las esperanzas de encontrar a los cinco pasajeros vivos se disiparían.

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Las dudas sobre la seguridad del Titán surgieron en una demanda presentada en 2018 por el exdirector de operaciones marinas de OceanGate, David Lochridge, quien afirmó que fue despedido por expresar su preocupación de que el casco no pudiera soportar profundidades extremas.

Lochridge, despedido por haber cuestionado la seguridad del Titán, mencionó en una demanda judicial el "diseño experimental y no probado" del sumergible.

En su propia demanda contra Lochridge, OceanGate dijo que se negó a aceptar las garantías del ingeniero principal y lo acusó de compartir de manera indebida información confidencial. Ambas partes llegaron a un acuerdo en noviembre de 2018.

Ni la empresa ni el abogado de Lochridge se refirieron a los detalles de la disputa.

Meses antes de la demanda, un grupo de líderes de la industria de sumergibles escribió a OceanGate advirtiendo que el enfoque "experimental" para el desarrollo del submarino podría resultar en problemas "menores a catastróficos", informó The New York Times.

Aaron Newman, un antiguo pasajero del Titán que conoce a algunos de los desaparecidos, dijo el miércoles a la NBC que se sintió seguro durante su inmersión. "Obviamente, este es el tipo de exploración que logra cosas, no es una atracción de Disney", indicó. "Estamos yendo a lugares en los que muy poca gente ha estado".

Con información de AFP, EFE y Reuters

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