Lucha "por la libertad"
Geert Wilders y su melena oxigenada forman parte del paisaje político neerlandés desde hace décadas, en el que construyó su carrera sobre una cruzada contra lo que él llama una "invasión islámica" de Occidente.
Ni sus encontronazos con la justicia neerlandesa, que le declaró culpable de insultar a los marroquíes -a quienes llamó "escoria"-, ni las amenazas de muerte, que le mantienen bajo protección policial desde 2004, le desanimaron.
"No me arrepiento de haber luchado por la libertad", declaró Wilders a la AFP en una entrevista en vísperas de las elecciones de 2021.
Wilders buscó recientemente pulir su imagen, suavizando algunas de sus posiciones más sensibles.
En especial, afirmó que hay "problemas más graves" que reducir el número de demandantes de asilo y que podría dejar de lado algunas de sus posiciones antislam, prometiendo centrarse más en "la seguridad y la sanidad".
Ante la prensa en La Haya tras haber votado dijo que sería un primer ministro para "todos en Países Bajos, sin importar la religión, el origen o el sexo".
"Nexit"
El manifiesto del PVV conservó sin embargo su característico tono xenófobo.
"Los solicitantes de asilo disfrutan de deliciosos buffets gratuitos en los cruceros, mientras que las familias neerlandesas tienen que recortar sus compras", rezaba el documento.