"Es muy respetado en el mundo musulmán, en el mundo judío, sea cual sea la confesión. Creo que cuando habla, el mundo escucha de verdad", dijo en una rueda de prensa en Roma junto a otras familias tras su encuentro con el papa, que duró unos veinte minutos.
Las familias piden que se permita el acceso de la Cruz Roja a los rehenes y "creemos que el Santo Padre tiene la influencia necesaria en el mundo para que esto ocurra", subrayó Goldberg.
Familias palestinas iban a celebrar una conferencia de prensa más tarde el miércoles.
Un grupo de palestinos presentes en la audiencia general mostraron imágenes de cuerpos envueltos en telas blancas y una pancarta que decía "la Nakba continúa”.
Nakba es la palabra árabe para catástrofe y se refiere al desplazamiento y desposesión que sufrieron los palestinos en la guerra de 1948 que rodeó la fundación de Israel.
"Mi corazón está roto, mis ojos llenos de lágrimas", afirmó Mohamed Halalo, uno de los diez palestinos cristianos y musulmanes recibidos por el papa, mientras contaba cómo toda su familia murió en un bombardeo en Gaza.
Las reuniones y los comentarios del Papa se produjeron horas después de que Israel y Hamás acordaran un alto el fuego en Gaza durante al menos cuatro días para permitir la entrada de ayuda y liberar al menos a 50 rehenes capturados por militantes a cambio de al menos 150 palestinos encarcelados en Israel.
Israel ha sometido a Gaza a un asedio y un bombardeo incesante desde que militantes de Hamás atacaron ciudades del sur de Israel el 7 de octubre, matando a 1,200 personas, en su mayoría civiles, y tomando unos 240 rehenes, según los recuentos israelíes.
Desde entonces han fallecido más de 14,000 gazatíes, cerca del 40% de ellos niños, según funcionarios médicos del territorio gobernado por Hamás, cifras consideradas fiables por las Naciones Unidas.
Con información de AFP y Reuters