El gobierno de Nayib Bukele ganó fama a nivel internacional por su estrategia de seguridad de mano dura contra las pandillas. Después de un fin de semana con 87 asesinatos, el presidente declaró un estado de excepción en marzo de 2022. Casi dos años después, el gobierno de Bukele presume haber pasado de ser uno de los países más violentos del mundo a cerrar el año 2023 con una tasa de homicidios de 2.4 por cada 100,000 habitantes.
Estos números deben tomarse con precaución. El gobierno de Bukele solo ha informado de estas cifras a través de declaraciones de sus funcionarios o comunicados de la presidencia, pero desde abril de 2022, poco después del inicio de la vigencia del estado de excepción, no permite el acceso a estadísticas detalladas sobre delitos como los homicidios, diciendo que esa información estará bajo reserva durante siete años.