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El próximo gobierno de México deberá reparar los lazos con Iberoamérica

Durante el gobierno de López Obrador, la relación del país con el resto de la región ha vivido momentos complicados. Comercio, migración y cooperación deben ser clave en la agenda.
mié 24 abril 2024 09:56 AM
El Ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Honduras, Eduardo Enrique Reina, escucha el discurso de su homóloga mexicana, Alicia Bárcena, durante una reunión virtual de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en respuesta al allanamiento policial en la embajada de México en Quito, en Tegucigalpa, Honduras, 9 de abril de 2024.
La ganadora o el ganador de las elecciones del próximo 2 de junio tendrá la tarea de relanzar las relaciones de México con la región.

El presidente de de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder con la promesa de relanzar la relación del país con Iberoamérica —los países hispanoparlantes de América y España—. A unos meses del fin de su mandato, la situación dista mucho de ser buena, con varios frentes abiertos en la región.

México rompió relaciones con Ecuador el 5 de abril, luego de la irrupción violenta de la policía de este país en la embajada mexicana en Quito para arrestar al exvicepresidente Jorge Glass, a quien México le otorgó asilo político. Hay una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la que se exige una disculpa pública y la suspensión de la nación sudamericana de la Organización de las Naciones Unidas.

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También hay tensiones con los gobiernos de Perú y Argentina. López Obrador ha intercambiado declaraciones con los presidentes de ambos países, Dina Boluarte y Javier Milei respectivamente, en las que ha cuestionado la legitimidad del gobierno de la primera y ha llamado “facho” al segundo.

Además, las relaciones con España, el principal socio comercial de México en la Unión Europea, siguen resentidas después de las repetidas peticiones al país europeo de una disculpa por los hechos cometidos durante la conquista y la colonia.

Esta es parte de la herencia de política exterior con Iberoamérica que recibirá el próximo gobierno de México a partir del 1 de octubre. Especialistas consultados por Expansión señalan que los retos son muchos y que es urgente iniciar una operación cicatriz con varios países y cuidar más la participación en organismos internacionales.

Fallas en la política exterior mexicana

La política exterior mexicana se guía, entre otros lineamientos, a través de dos principios contenidos en la Doctrina Estrada: la no intervención en asuntos internos de otros países y el respeto a la autonomía de cada país. El presidente mismo suele citar estos principios cuando se le pregunta sobre asuntos de política exterior en su conferencia de prensa matutina.

Sin embargo, a lo largo de los últimos cinco años ha sido común que el presidente rompa estos principios, señala Norma Soto Castañeda, profesora del posgrado en Negocios de la Universidad La Salle en entrevista telefónica con Expansión.

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“El presidente olvidó un poquito estos principios por una serie de argumentos que ha hecho a nivel internacional. Es decir, comentarios que han quedado bien al interior del país, pero que han tenido repercusiones de carácter internacional”, dice Soto Castañeda.

Pone por ejemplo, el reciente enfrentamiento con Ecuador. Si bien, las tensiones con este país iniciaron en diciembre, cuando el exvicepreidente Glas llegó a la embajada mexicana para solicitar asilo, todo se complicó el 3 de abril de abril por unas declaraciones de López Obrador.

Entonces, el mandatario mexicano aseguró que en las elecciones de Ecuador, el magnicidio del centrista Fernando Villavicencio en agosto hizo que cayera la intención de voto de Luisa González, la candidata de izquierda que lideraba las encuestas.

Al día siguiente de las declaraciones, el gobierno ecuatoriano pidió a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur, abandonar el país al declararla "persona non grata”.

El viernes 5 de abril, la policía de Ecuador entró en la embajada mexicana para arrestar a Glas, un hecho condenado por casi todos los países de América Latina, organismos como la ONU, la OEA y la CELAC.

Actualmente, la embajada en este país esta cerrada y los mexicanos que requieran ayuda deben acudir a las representaciones en Colombia o Chile.

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“Hemos intervenido de alguna forma en asuntos internos y que nos ha llevado a un enfrentamiento”, coincide Juan Manuel Ortega Riquelme, profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno de Tecnológico de Monterrey.

Tanto Castañeda Soto como Ortega Riquelme critican el protagonismo que ha tenido López Obrador en este tipo de situaciones, que han entorpecido el trabajo del Servicio Exterior Mexicano.

“Pareciera ser que los argumentos (de López Obrador son más a título personal y no tanto como a presidente, porque la responsabilidad como presidente es mantener bien a la nación a nivel internacional. Entonces, sus argumentos como que no han hecho ver bien a México”, dice la profesora de La Salle.

“Se ha debilitado nuestra posición en el mundo en general y nuestra posición en cuanto a Iberoamérica se ha visto dañada porque eso nos ha impedido hacer un trabajo que habíamos hecho de manera adecuada, me parece posicionarnos en el mundo a través de las relaciones internacionales”, dice el académico del Tec de Monterrey.

La ganadora o ganador de las elecciones del próximo 2 de junio tendrá la tarea de relanzar las relaciones de México con la región, tanto las relaciones bilaterales con algunos países, como su participación en los organismos regionales.

“El reto va a ser, por un lado, los países o las relaciones con países en lo individual, pues encontrar alguna hoja de ruta. En la parte de las organizaciones regionales, multilaterales de la región, pues necesitamos tener una idea más clara de cuál es el objetivo de México de participar en esas organizaciones”, indica Juan Carlos Baker, profesor de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana.

Baker, quien fue secretario de comercio exterior entre 2016 y 2018, indica que el gobierno de López Obrador ha sido inconsistente en su participación en foros regionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA).

Soto Castañeda también señala a la Alianza del Pacífico, un iniciativa de cooperación entre México, Colombia, Perú y Chile, que se ha visto dañada desde el inicio del gobierno de Dina Boluarte en Perú, después de la destitución del izquierdista Pedro Castillo, en diciembre de 2022.

Ortega Riquelme recuerda que México, por su mala relación con el gobierno de Brasil encabezado por Jair Bolsonaro (2019-2022), perdió la oportunidad de enviar un candidato latinoamericano en común para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un puesto que finalmente fue ocupado por el estadounidense Ilan Goldfajn, elegido en noviembre de 2022.

España, la puerta de México a Europa

México también descuidó su relación con España, un socio importante en la Unión Europea, debido sobre todo, a las peticiones constantes del gobierno mexicano de unas disculpas públicas por los actos cometidos por el imperio español durante la conquista de México (1521) y la colonia.

Esta petición fue hecha directamente por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, durante su visita de Estado a Ciudad de México en 2019. Sánchez era el primer mandatario que viajaba al país desde la toma de protesta del presidente mexicano.

En 2021, durante la conmemoración de la Caída de Tenochtitlán y la conquista española, México reiteró el pedido de una disculpa.

“Con España tenemos una relación bastante esquizofrénica. O sea, existe una parte de las decisiones que se han tomado en la política exterior hacia España que están verdaderamente cargadas de ideología”, dice Baker.

Soto Castañeda recuerda que España es uno de los principales socios comerciales de México fuera de Norteamérica y que las inversiones españolas en México generan dos millones de empleos directos y tres millones de empleos indirectos.

“O sea, ¿quieres dejar sin empleo a cinco millones prácticamente por algún argumento que estás haciendo? Entonces, México se retracta un poquito y España le dice pues piensa en lo que vas a hacer”, relata la académica.

“España debe ser un socio estratégico”, dice Baker, quien recuerda que la Unión Europea es la segundo socio comercial de México después de Estados Unidos. “Y España es un país influyente ahí. Tenemos pendiente la ratificación del Acuerdo de Libre Comercio México-Unión Europea. El acuerdo ha sido modernizado. España podría ser un líder en ese aspecto para promover los intereses de México en Bruselas.”, agregó.

México necesita volver a los Foros internacionales

Con el pretexto de la austeridad republicana, el presidente López Obrador ha reducido sus apariciones al extranjero al mínimo, algo que contrasta con la actividad de otros presidente de izquierda en América Latina, como Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil, o Gustavo Petro de Colombia.

Durante su gobierno, el presidente mexicano solo viajó en una ocasión a América Latina. Se trató de un visita de Estado a Chile para la conmemoración del 50 aniversario del Golpe de Estado que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende.

En contraste, López Obrador visitó Estados Unidos en cinco ocasiones Estados Unidos, con encuentros bilaterales con los presidentes Donald Trump y Joe Biden, una cumbre trilateral en la que también se encontró con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y una más para asistir a la cumbre de la APEC.

“Es importante que aparezca tu gobernante en una foto, donde están todos los demás presidentes, ya tiene un fuerte impacto”, dice la profesora de la Universidad La Salle.

Soto Castañeda dice que la austeridad no puede ser un pretexto para asistir a foros multilaterales como la Asamblea General de Naciones Unidas, a la que López Obrador no acudió de manera presencial, o las cumbres de organizaciones de las que México forma parte, como el G20.

“Todos ellos son foros donde se deben de tomar muy buenas decisiones. Y ahí llegó a ello. Entonces, eso sería muy bien visto a nivel internacional. Porque hay demasiados beneficios, sobre todo de carácter económico y comercial”, dice.

Baker argumenta por su parte que más allá de la imagen de México en el extranjero, es importante que el presidente asista a este tipo de foros y a otros países, ya que muchas decisiones importantes para las relaciones bilaterales y multilaterales se toman en este tipo de foros.

“Y ese tipo de situaciones se van ligando cuando tú asistes a esos encuentros. O sea, ir a la ONU no es nada más ir a pararte tres días a Nueva York. Es tener una serie de encuentros con los socios que más te importan. Es poder tener acuerdos. Que a lo mejor... Pues son incluso obligaciones personales. Me parece que la ausencia de México se ha notado mucho”, indica.

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