Durante su gobierno, el presidente mexicano solo viajó en una ocasión a América Latina. Se trató de un visita de Estado a Chile para la conmemoración del 50 aniversario del Golpe de Estado que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende.
En contraste, López Obrador visitó Estados Unidos en cinco ocasiones Estados Unidos, con encuentros bilaterales con los presidentes Donald Trump y Joe Biden, una cumbre trilateral en la que también se encontró con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y una más para asistir a la cumbre de la APEC.
“Es importante que aparezca tu gobernante en una foto, donde están todos los demás presidentes, ya tiene un fuerte impacto”, dice la profesora de la Universidad La Salle.
Soto Castañeda dice que la austeridad no puede ser un pretexto para asistir a foros multilaterales como la Asamblea General de Naciones Unidas, a la que López Obrador no acudió de manera presencial, o las cumbres de organizaciones de las que México forma parte, como el G20.
“Todos ellos son foros donde se deben de tomar muy buenas decisiones. Y ahí llegó a ello. Entonces, eso sería muy bien visto a nivel internacional. Porque hay demasiados beneficios, sobre todo de carácter económico y comercial”, dice.
Baker argumenta por su parte que más allá de la imagen de México en el extranjero, es importante que el presidente asista a este tipo de foros y a otros países, ya que muchas decisiones importantes para las relaciones bilaterales y multilaterales se toman en este tipo de foros.
“Y ese tipo de situaciones se van ligando cuando tú asistes a esos encuentros. O sea, ir a la ONU no es nada más ir a pararte tres días a Nueva York. Es tener una serie de encuentros con los socios que más te importan. Es poder tener acuerdos. Que a lo mejor... Pues son incluso obligaciones personales. Me parece que la ausencia de México se ha notado mucho”, indica.